La venta de la AP-9 ha quedado en suspenso después de que un juzgado de lo Mercantil de Madrid paralizara cautelarmente la venta de la participación de Sacyr en Itínere (15,5 %), concesionaria de la autopista gallega, por cuyo control pujan la gestora de fondos estadounidense Corsair y Globalvia, informaron a Efe fuentes cercanas al caso.

El pasado 10 de septiembre, Corsair expresó a Sacyr su decisión de ejercer el derecho de adquisición preferente sobre sus acciones en Itínere, participación que la constructora ya había acordado vender a Globalvia, quien ha llevado el caso a los tribunales y como medida cautelar ha solicitado la paralización de la operación. El grupo presidido por Manuel Manrique disponía de un plazo de quince días para dar una respuesta a Cosair. El 27 de julio, Sacyr (15,5 %), Abanca (23,81 %) y Kutxabank (16,3 %) acordaron vender conjuntamente a Globalvia su participación en Itínere (55,6 %), en una operación que suponía valorar la concesionaria en 1.300 millones.

Comunicada esta operación, la gestora de fondos estadounidense Corsair, máximo accionista de Itínere con el 37,9 %, disponía de 45 días para ejercer su derecho de adquisición preferente. Con la adquisición de este paquete, sumado al que ya posee y al que tiene su socio en Itínere, Liberbank (5,8 %), Corsair se convertiría en el accionista de control de la concesionaria con el 59,2 % del capital y el apoyo financiero del fondo de pensiones holandés APG.

En la comunicación remitida a Sacyr, Corsair detalló su interés de ejercer su derecho de adquisición preferente sobre su 15,5 % en Itínere al mismo precio que el acordado con Globalvia y que supone valorar dicho paquete accionarial en 203,5 millones. Así, el fondo estadounidense se haría con el control de la concesionaria a menor coste que Globalvía, que para comprar el 55,6 % tendría que afrontar un desembolso de 730 millones.