Los anuncios de los últimos meses con convocatorias históricas en número de plazas para integrarse en la plantilla de las administraciones públicas son la respuesta a la tijera aplicada durante los años de crisis para reequilibrar las cuentas y frenar el galopante déficit. El recorte fue muy duro e incluso el Gobierno central marco límites férreos a la cobertura de las vacantes que dejaban los funcionarios jubilados y cambió la ley para que también sus trabajadores pudiesen pasar por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), a imagen y semejanza de las empresas. Con la recuperación de la economía y de los ingresos, el sector público coge oxígeno y se está convirtiendo en uno de los motores del mercado laboral. En lo que va de año sumó 9.762 efectivos en Galicia, la comunidad con mayor incremento (7,8%) del personal en las administraciones.
El total de trabajadores en alta de la Seguridad Social pertenecientes al sector público en la región alcanzó en agosto los 135.388, según el balance que acaba de publicar el organismo. Son cotizantes del Régimen General, el mayoritario dentro del colectivo. Queda todavía una pequeña parte dentro de las mutuas Muface, Mujeju e Isfas, aunque la propia Seguridad Social destaca que la cantidad está descendiendo "paulatinamente". Si cruzamos los datos de afiliados con el informe de la Secretaria de Estado de Función Pública sobre el personal al servicio de las administraciones, el porcentaje de empleados públicos bajo alguna de las tres mutualidades ronda apenas el 8% en Galicia.
La nómina de la plantilla pública rondaba los 125.600 trabajadores en la comunidad a principios de este 2018. Hay una clara tendencia al alza. Van siete meses consecutivos de incrementos, hasta alcanzar el volumen más alto en toda la serie estadística de la Seguridad Social, que llega hasta mediados de 2013. Probablemente no es un máximo histórico porque en los comienzos de la crisis el empleo público, teniendo en cuenta también los pertenecientes a las mutas, rozó en Galicia los 160.000 puestos. Pero sí demuestra un cambio de comportamiento ahora que las administraciones se alejan de la situación de asfixia financiera que muchas empezaron a notar antes ya de la primera recesión.
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La pata pública más saneada es la local. Ayuntamientos y diputaciones llevan años en superávit. Es decir, ingresan más de lo que gastan. Y son ellos los que concentran la mitad del crecimiento del empleo en las administraciones gallegas. La media de trabajadores en los ayuntamientos y entidades provinciales en alta en la comunidad se situó en 32.392 en agosto, un 18% más que en enero, según los datos de la Seguridad Social. En poco más de medio año, y en estos meses previos a la cita con las urnas del próximo 2019, el ascenso es de 4.952. La Xunta y sus organismos dependientes incorporaron en este tiempo a 3.953 trabajadores, lo que representa un ascenso del 4,7%, hasta los 87.676. La subida en los servicios de la administración estatal en Galicia fue del 5,9% (858) y su volumen de efectivos se queda en los 15.320.
El aumento de trabajadores en el sector público de Galicia casi duplica al registrado en el privado, algo menos de un 5%. En el conjunto del Estado el personal de las administraciones medró un 3,1% y son 2.489.901 personas en nómina. Tras Galicia, los otros dos incrementos más notables están en Castilla y León (7,5%) y Asturias (6,4%). Canarias y Cataluña experimentan las alzas más discretas, del 0,5% y el 0,9%, respectivamente.
