Con el bolsillo pendiente todavía de digerir el máximo anual del pasado 29 de agosto, casi 71 euros por megavatio (MW), el precio de la electricidad sigue disparado y ayer volvió a tocar techo en este 2018 con 74,58 euros. Es el importe más alto para un mes de septiembre en los últimos diez años. Y no se le ve mucho freno en el mercado mayorista, el pool, donde vendedores y compradores de electricidad cruzan cada día las operaciones que fijan el coste que luego condiciona el recibo que paga el consumidor. Las centrales de generación más baratas están bajo mínimos, sobre todo los parques eólicos, lo que obliga al sistema a tirar de tecnologías mucho más caras como las térmicas y los ciclos combinados, en plena escalada de la cotización del carbón y de los derechos de dióxido de carbono que abonan las empresas para poder emitir gases a la atmósfera. Se junta el hambre con las ganas de comer, porque, además, con el calor de estos días no hay tampoco tregua en la demanda de los hogares y las industrias.

Lo sucedido ayer es una muestra más de lo que está siendo habitual en el sistema eléctrico español desde el inicio del verano. El pico de demanda se registró a las 13:40 horas, unos 36.154 MW. El 19% de la electricidad en ese momento venía de las nucleares y prácticamente otro 19% de las térmicas. Los ciclos alimentados por gas aportaban el 18,4%, mientras que la hidráulica rondaba el 11,7% y la eólica únicamente el 5,8%, según los datos de Red Eléctrica de España (REE).

El precio medio para hoy -se marca siempre en la jornada anterior con las previsiones de producción y consumo- dará un pequeño respiro. Baja hasta los 71,04 euros. En comparación con el mismo día de 2017, el encarecimiento supera el 48%. El 6 de septiembre del pasado año se situaba en 47,86 euros.

Con la suma de todo el mes, el megavatio cerró el mes en 64,3 euros. La factura para un hogar que tenga contratada una potencia de 4,4 kilovatios y un consumo de 250 rondará los 61,8 euros, unos 6 euros más. Hasta ahora el precio medio mensual más elevado se mantiene en enero de 2017, cuando puntualmente se llegaron a tocar los 100 euros coincidiendo con la tremenda ola de frío de la segunda quincena.

¿Qué ocurrirá a partir de ahora? Dependerá mucho de la meteorología, pero la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía prevé que el precio medio del año se quede ligeramente por debajo de los 60 euros, un 14,6% más que en 2017, pudiendo incluso colocarse como el más caro desde 1998.

Hay que tener en cuenta que no todos los clientes están directamente vinculados a estos precios. Son algo menos de la mitad, los que dependen de la vieja tarifa regulada, el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC).

Aunque no es la primera vez que un Gobierno sale a anunciar su intención de hacer los cambios que sean necesarios para controlar la situación, el Ministerio para la Transición Ecológica insiste en su objetivo de acometer una reforma "estructural". Su titular, Teresa Ribera, comparecerá en el Congreso de los Diputados el próximo 19 para abordar este incremento de la factura, junto con el bono social eléctrico y la pobreza energética, según apuntaron fuentes del departamento a Europa Press.