El mercado eléctrico hace su agosto... en pleno agosto. Puede parecer un juego de palabras fácil, pero es que es así. El precio de la luz en el mercado mayorista, desde donde luego salta al recibo que el consumidor recibe en casa y paga, está en máximos del año. Porque se han juntado el hambre con las ganas de comer. El buen tiempo es malo para la producción de los embalses y los parques eólicos, las dos tecnologías más baratas del mix de generación, y a la vez tira de la demanda con los aparatos de aire acondicionado de los hogares para calmar el calor. Si a eso se le suma que España ha tenido que darle al interruptor de algunas centrales para poder exportar más energía a Francia porque allí una parte de sus nucleares están paradas, no queda otra alternativa que rascarse el bolsillo.

A la espera de lo que suceda hoy, último día de agosto, van ya cuatro meses consecutivos de alza. De hecho, es una de las explicaciones a los elevados niveles en los que se mueve la inflación, por encima del 2%. El precio del megavatio (MW) ronda los 64,2 euros, un 24% por encima de los 51,6 euros que costaba en ese mercado mayorista, el pool, hace un año. Con la estimación de expertos en el mercado eléctrico y el simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la factura media de un consumidor -contrato de una potencia de 4,4 kilovatios y un consumo de 250- se encarecerá alrededor de 6 euros, un 11%.

Hay que tener en cuenta que no toda el recibo depende de la evolución de los precios en el pool. La parte regulada viene dictada por el Gobierno. Y que no todos los clientes están tan expuestos a estos vaivenes. Seis de cada diez funcionan en el mercado libre, con garantías de precios estables durante un año.

La foto del pasado miércoles es muy representativa de cómo están las cosas en el sistema eléctrico. A las dos menos diez de la tarde se marcó el pico de consumo del día, más de 37.200 MW/h. La estructura de generación estaba dominada por los ciclos combinados. Las centrales de gas, las más caras, aportaban en ese momento casi el 20% de la electricidad que se consumía. Muy cerca, la nuclear contribuyó con el 18,6%; un casi un 16% las térmicas alimentadas con carbón. La hidráulica rondaba el 10,5% y la eólica tan solo el 4,2%, según los datos recogidos por Red Eléctrica de España (REE).

El precio medio diario rozó en esa jornada los 71 euros, el nivel más alto del año. Para ayer el valor fijado fue algo más bajo, de 69,66 euros y el de hoy se sitúa en 68,5 euros por cada megavatio.

Los mercados de futuros avanzan una más que posible consolidación de los precios altos a lo largo de este año, cuando además está prevista la entrada en vigor de los recargos pendientes de aplicar desde 2013 en las comunidades con impuestos propios al sector. Galicia es el territorio más afectado, con un alza media de 16 euros repartida en los recibos de un año.