Es muy extraño que cada actualización mensual de las pensiones contributivas no marque en Galicia un máximo histórico. Ocurre a veces que el número de bajas, generalmente por fallecimiento, supera a las nuevas incorporaciones, pero no es para nada lo habitual. A 1 de agosto había en la comunidad un total de 762.060 prestaciones en vigor, un 0,3% más que a 1 de julio, según los datos publicados ayer por la Seguridad Social. Y sí, se trata del enésimo récord en las prestaciones, a pesar de que Galicia es una de las regiones con menor incremento en el último mes. El invierno demográfico deja de ser un quebradero de cabeza exclusivo de territorios tan envejecidos como este. En el conjunto de España hay ya más de 9,6 millones de pensiones. Aumentaron un 1,1%, aunque su coste se disparó casi un 5%, hasta los 9.218 millones de euros, por la revalorización y el pago de atrasos. Una cuantía inédita hasta ahora. Como también sucede todos los meses, Galicia aparece como la segunda autonomía con la pensión media -contando todas las prestaciones- más baja: 809,9 euros. Detrás de ese importe hay un sinfín de diferencias en función del régimen de cotización, el tipo de pensión y, por supuesto, la edad. Que es, junto con el propio envejecimiento y la caída en picado de los ingresos por cotizaciones sociales durante la crisis y ahora el acelerón de los contratos temporales, los causantes del debate sobre el futuro del sistema. La brecha es enorme. Los nuevos jubilados gallegos cobran un 77% más que los más antiguos.

Las de jubilación son las pensiones que más pesan en volumen y en dinero. Suponen seis de cada diez en la comunidad, por encima de las 470.000. Su evolución ejemplifica el alargamiento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento. En 1990 alcanzaban las 273.660. Desde entonces la subida es del 73%. ¿Y la nómina? ¿Cómo se ha comportado? El retiro medio ha pasado en este caso de 268,6 euros al mes a más de 893. O, lo que es lo mismo, se elevó un 232,5%, fruto de las vidas laborales cada vez más largas, las variaciones en los salarios en comparación hace 25 años y la presencia residual que va teniendo la popular cotización "por la agraria".

Eso también explica la distancia que existe en la actualidad entre la mensualidad de los jubilados mayores de 85 años frente a las nuevas altas. Los primeros reciben de media unos 641 euros. Los que saltan ahora al sistema rondan los 1.100 euros.

El grupo de edad más numeroso entre los jubilados en Galicia es el de 65 a 69 años. Son más de 108.000. Los de 70 a 74 años alcanzan los 105.200. Hay más de 76.000 entre los 75 y los 79 años y entre los 80 y los 84. Con más de 85 años están 84.200, un grupo que creció un 31% en solo una década.

Aunque entre los cambios de los últimos años para acercar lo máximo posible la edad afectiva de salida del mercado laboral a los 65 años están las penalizaciones a los retiros anticipados, el número de jubilados gallegos con menos esos años no ha variado mucho. En 2017 suponían unos 22.800. Son los que más cobran. El importe medio de los retirados entre 45 y 49 años alcanza los 1.418 euros; los 2.166 entre los 50 y 54 años; y los 1.870 euros mensuales entre los 60 y los 64 años.

La influencia de las pensiones más altas, sobre todo las de jubilación, está provocando que las cuantías máximas abonadas por la Seguridad Social en Galicia también se incrementen. El 10% de los beneficiarios gallegos que más cobra reciben, como mínimo, 1.690 euros, un 20% más que en 2011. Para el 10% con las prestaciones más bajas, en cambio, el alza en lo que cobran de máximo -415 euros- aumentó un 5,8%. La mitad de los pensionistas de la comunidad no pasa de 677,7 euros al mes.