Poco ha tardado Greenalia en darle uso a su nueva filial para energía solar. La compañía decidió el pasado mes de julio dar una vuelta a su estructura societaria para repartir el negocio y prepararse, de paso, para una posible internacionalización e incluso desinversiones concretas en el futuro. Dentro de su área energética, la que más ingresos dará tras la puesta en marcha de los proyectos en cartera, el grupo presidido por Manuel García Pardo decidió impulsar una filial para biomasa, donde se integra la futura megaplanta de Curtis y tres autorizaciones que guarda para instalaciones en Vilalba y dos en Asturias; otra más para el viento, con siete concesiones de parques eólicos; y una para tecnología solar, en la que acaba de incorporar cinco parques fotovoltaicos en tramitación. La inversión supera los 5,3 millones de euros y permitirá a la compañía "continuar con su estrategia de expansión y promoción de nuevos desarrollos de energías renovables", según detalla en el hecho relevante enviado al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en el que Greenalia cotiza desde diciembre.

Los cinco parques suman una potencia de 229,6 megavatios (MW). Tres se ubican en Extremadura y otros dos en Andalucía. En el momento de la transacción, Greenalia ha abonado 160.260 euros. El resto, hasta un total de 5,342 millones de euros, se desembolsará "en base a distintos hitos de pago".

Greenalia se adentra así en las tres fuentes renovables con mayor proyección de futuro en España, al amparo de las subastas de potencia organizadas por el Gobierno para alcanzar en 2020 los objetivos de consumo con tecnologías limpias. La reorganización "permitirá al grupo no solo estructurar sus divisiones de biomasa y eólica ante posibles desinversiones o financiaciones específicas", señala, "sino también prepararse desde un punto de vista organizativo ante una potencial expansión internacional a otras geografías".

La facturación de Greenalia cerró el pasado ejercicio en 35 millones de euros, casi un 20% más que en 2016, según recoge su informe de cuentas. La previsión para el actual año ronda esa cifra. El negocio se disparará a partir de 2020 y 2021, una vez que ponga en funcionamiento los parques eólicos y la planta de biomasa de Curtis. La proyección a medio plazo estima unos ingresos de cerca de 110 millones de euros. El beneficio en 2017 se multiplicó por cinco, con 721.000 euros, por la actividad forestas y logística.

Con la reciente autorización por parte de las autoridades locales, la central de biomasa está ya en obras y funcionará en el primer trimestre de 2020. Los 25 años de vida útil suman 911 millones en ventas de electricidad. Para financiar la construcción, Greenalia consiguió un préstamo de 125 millones de euros en el que están el Santander, el Banco Europeo de Inversiones y el ICO, entre otras entidades. La inversión para los parques eólicos en cartera ascenderá a 185 millones.