En solo un año, el número de gallegos que compró por internet aumentó en casi 68.000. Fueron un total de 839.796 en 2017, alrededor de un tercio de la población. Pueden parecer relativamente pocos, pero hay que tener en cuenta que el acceso a la red todavía no es universal en la comunidad, que es un territorio muy envejecido y que hace nada, en 2009, solo lo hacían unos 400.000. En este tiempo, además de cuantitativos, los cambios han sido muy cualitativos. Los servicios para viajes -billetes de transporte público o alquileres de coches, entre otros- y el alojamiento para vacaciones han cedido los primeros puestos de los productos más demandados a través del comercio electrónico por parte de los gallegos y ese lugar lo ocupan ahora la ropa y el material deportivo. Artículos que lógicamente hay que enviar a domicilio o hasta un lugar de recogida. Toda una oportunidad de negocio para las empresas de transporte. Entre muchas sombras sobre sus condiciones laborales, los contratos en el sector de la mensajería para atender al crecimiento exponencial del llamado e-commerce no paran de aumentar. De enero a julio se firmaron 7.088, un 23,5% más que en el mismo periodo de 2017.
Van ya tres ejercicios consecutivos de alzas muy fuertes. Hoy se formalizan en Galicia una media de 33 contratos al día para actividades postales y de correos, según los datos recopilados por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Desde 2016 el incremento acumulado es del 153%.
La afiliación en el sector está marcando récords también. Al cierre de julio las altas de trabajadores alcanzaron las 4.775, un 17% por encima de la media de cotizantes de 2017 y un 39% más en comparación con hace tres años. La diferencia entre ocupados y contratos permite confirmar la elevada temporalidad entre los profesionales de la mensajería -por cada nuevo empleo hay casi tres contratos de por medio-, que es una de las críticas de los sindicatos cada vez que se habla de la efervescencia laboral en la actividad, además del problema de los falsos autónomos. Del total de trabajadores en alta, 4.339 pertenecen al régimen general y 436 están empleados por cuenta propia.
La eclosión del comercio electrónico empuja también la contratación el resto de empresas del transporte vinculadas a la logística. Los contratos para almacenes en Galicia suben un 32%, hasta los 37.582 y el número de cotizantes vuelve en este caso a tocar máximos, con 11.986. Hay 1.360 ocupados más que en 2017.
En su caso, el volumen de negocio que manejan roza los 2.800 millones de euros. Las firmas de mensajería y paquetería, 622, alcanzan los 146 millones, según los últimos datos disponibles, de 2016.
La facturación del sector medrará al ritmo que lo hagan los hábitos de consumo de los gallegos. Y eso sigue creciendo. Uno de cada cuatro compradores por internet en la comunidad en los últimos tres meses lo hizo el pasado año entre tres y cinco veces; y uno de cada diez adquiere productos hasta 10 veces. Además del textil, hay otro tipo de productos de los que hay que enviar por mensajería que ganan espacio en el comercio electrónico. Casi un 40% de las personas que utilizaron internet se hizo con bienes para el hogar y alrededor de una cuarta parte con equipos electrónicos o eléctricos.
