La estrategia de los distressed o holdouts pasa por maximizar las inversiones, pero con la particularidad de que habitualmente se centran en activos problemáticos. Los compran con grandes descuentos y se deshacen de ellos con plusvalías. Su eclosión en el mercado inmobiliario español, sobre todo en el último año, llega de la mano de la recuperación de las ventas y el precio. En cuanto a las transacciones, en Galicia se firmaron 4.152 en el primer trimestre, según la estadística oficial de Fomento, lo que supone un incremento interanual del 21%. En idéntico porcentaje han crecido las hipotecas, de acuerdo a los datos hasta abril -también interanuales- remitidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En cuanto al valor de los inmuebles, éste se ha elevado un 3,2% este año, su mayor ratio desde antes del estallido de la burbuja. Aún así, el stock de vivienda nueva sigue siendo elevado y la entrada de los grandes fondos, con precios más bajos para el comprador final, paralizan en gran medida la promoción privada, incapaz de competir.

La falta de oferta en los principales núcleos de población, sumada al auge de los apartamentos turísticos, ha disparado los precios del alquiler. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, descartó que el Ejecutivo vaya a fijar un precio tope para moderar su precio, pero sí advirtió que existe una "burbuja".De ahí el plan a cuatro años que está diseñando su Departamento y con el que sacará 20.000 viviendas para alquiler social aprovechando los conciertos con administraciones autonómicas y municipales y también las viviendas que están en manos de la Sareb (o banco malo), con la que ya está negociando.