El presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, reconoció ayer que en el grupo se seguía muy de cerca la evolución del Banco Popular pero aseguró que esta entidad "no era un objetivo prioritario ni inmediato". Según expuso en su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la crisis, la estrategia del Banco Santander pasa por ganar tamaño con su propio negocio, aunque la obligación es examinar las operaciones de compra que surjan.

Y entre ellas estaba el Banco Popular, con una cuota de entre el 5% y el 6% del mercado en España y del 2% en Portugal, por lo que el Santander estudió la posibilidad de presentar una oferta desde mayo por su competidor. Sin embargo, después de analizar los datos del Banco Popular, la "misma información" de la que disponían el resto de las entidades que acudieron a este proceso privado, en el Santander se dieron cuenta de que no podían presentar una oferta en ese proceso privado y así lo comunicaron por escrito. En concreto, Echenique aludió a las contingencias de la cartera inmobiliaria de la entidad, al elevado nivel de mora y a las hasta cuatro revisiones a la baja por parte de las agencias de calificación, unos problemas para los que "no todo el mundo tiene capacidad" de hacer frente.