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La industria de la automoción

PSA busca otros espacios para sus coches al saturar la terminal de Bouzas

El alto volumen de producción de las antiguas furgonetas genera tensiones con proveedores en el flujo de suministro -El lanzamiento del K9 aumenta la dificultad del proceso logístico

Terminal de Bouzas, ayer saturada de vehículos listos para ser embarcados. // Ricardo Grobas

La factoría de PSA-Vigo dejará de producir este mes los vehículos del proyecto B9, la antigua generación de las Berlingo y Partner que erigieron al grupo galo como el rey de los comerciales ligeros (Citroën y Peugeot superaron el 40% de cuota de mercado hasta mayo en España). Aún en la fase final de vida de ambos modelos sus volúmenes de producción en Balaídos son muy elevados, de en torno a 350 unidades por turno en el sistema 1. Este fuerte nivel de actividad se suma a la culminación de la fase de lanzamiento de las nuevas furgonetas Citroën, Peugeot y Opel/Vauxhall (proyecto K9), ensambladas en el sistema 2 y cuya cadencia de producción se ha elevado en la última semana. Así, el rendimiento de la planta ha copado los espacios disponibles para el stock de vehículos, sobre todo en la terminal de Bouzas, y la dirección de la factoría de PSA-Vigo estudia ya la disposición de un nuevo emplazamiento para aparcar los vehículos en espera de ser fletados a su destino final.

A día de hoy la dársena marítima está "saturada", como indicaron a FARO fuentes de la factoría y de las terminales, y en las próximas 48 horas solo está prevista la llegada de tres buques Ro-Ro -uno de ellos, el Suar Vigo, es de los de menor capacidad- para desatascar el problema. En PSA no urge de momento ese nuevo espacio para el stock de vehículos, pero la dirección ha apostado por "anticiparse" a un escenario que sí podría derivar en imprescindible a medio plazo. Convergen en esta saturación, además, dos factores adicionales. En primer lugar, el incremento de las cadencias de producción en las demás plantas de la península antes del parón de agosto, cuando las factorías aprovechan para reacondicionar las líneas o ejecutar inversiones. Por eso en Bouzas existe una mayor demanda por parte de los fabricantes hacia las navieras, que no son solo proveedoras de PSA.

En segunda instancia, que un número elevado de vehículos del proyecto B9 estaban ayer en la terminal en espera de componentes -del cinturón de seguridad, según fuentes consultadas por este perídico- para poder ser entregados. La compañía ha explicado que la elevada producción de las antiguas furgonetas -se seguirán fabricando en Mangualde (Portugal) hasta octubre- ha generado tensión de flujos de suministro con varios proveedores, incapaces en algunos casos de seguir el ritmo a Vigo. Si uno de los componentes no llega a fábrica a tiempo -el proceso de producción es just in time, con mínimo stockage- la empresa tiene dos opciones. La primera, instalarlo en patio de Balaídos o hacerlo en Bouzas, en todo caso siempre ajustes menores. Es lo que ha pasado con los cinturones, que ha agravado la falta de espacio. Si se rompe el flujo de suministro y ese componente que falta es imprescindible para el ensamblaje del vehículo, PSA debe parar la línea de montaje. Es lo que ha sucedido esta semana con la caja de cambios, que obligará a la fábrica a paralizar el turno de noche de este viernes.

Lanzamiento

La que atraviesa ahora PSA-Vigo es una situación excepcional dado que la nueva generación de furgonetas no se pondrá a la venta hasta después de verano, con fechas distintas para cada país. Los vehículos del proyecto K9 que ya se han ensamblado esperan destino y aumentan la ocupación en Bouzas. Balaídos inició en junio la producción en serie de los nuevos modelos tras haber superado los distintos hitos ( jalons, en francés) fijados por París y la consecución de objetivos de vuelos directos, expresión con la que en fábrica se denomina a los coches con cero defectos y listos para su venta final. Tanto para la fase final del B9 como para la de lanzamiento del K9 PSA-Vigo puso en marcha un cuarto turno de producción con el que incorporó a 900 personas. Para adaptarse a los nuevos procesos de producción se han impartido 120.000 horas de formación a los trabajadores, tanto de Vigo como de Mangualde, que asumirá parte de la producción de la nueva generación de los comerciales ligeros del grupo que comanda Carlos Tavares.

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