El parón de la economía y la crisis de la deuda forzó a cuatros países a pedir un rescate total sobre la economía. Ahora, casi una década después del estallido de la crisis económica, ya no queda ninguno. Los primeros en dejar atrás la tutela financiera de la Unión Europea fueron Irlanda, Portugal y Chipre, a los que esta madrugada se unió el último eslabón: Grecia.

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) alcanzaron un acuerdo para cerrar el tercer rescate griego con el que se pone fin a ocho años de ayudas y reformas estructurales en el país donde la crisis arreció con más fuerza y que ha recibido una ayuda total de 288.700 millones de euros a través de los tres rescates.

"La crisis griega se acaba aquí, esta noche en Luxemburgo. Es un momento histórico para Grecia y la eurozona, porque pone fin a la crisis existencial para nuestra moneda única", asegura el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

La decisión se produce después de constatar que el gobierno de Alexis Tsipras ha cumplido con las 88 medidas exigidas, e implica un último desembolso de 15.000 millones de euros, que permitirán a Grecia cubrir sus necesidades de financiación durante 22 meses sin necesidad de recurrir a los mercados.

Además, siempre y cuando el país heleno no dé marcha atrás en algunas de las reformas de calado aprobadas, las autoridades europeas acordaron ampliar en diez años los vencimientos de los préstamos concedidos por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera -el fondo de rescate europeo-.