Tras meses de negociaciones, la dirección y el comité de empresa de Maderas Iglesias acordaron ayer rebajar el impacto del ERE extintivo sobre la plantilla del que en su día llegó a ser el mayor fabricante de pavimentos de madera de toda España. De las 80 bajas inicialmente planteadas por la dirección, el acuerdo suscrito ayer rebaja la cifra hasta las 34 personas para incluir solo bajas voluntarias, en un movimiento que permite ganar tiempo a la compañía en su proceso de búsqueda de comprador."La dirección de la empresa tiene que entender este gesto como un aval de los trabajadores por la continuidad de la empresa que ahora tiene que exponer ante los inversores interesados en la compra", indicaron desde UGT, CC OO y CIG, que confían en que el acuerdo alcanzado lance una señal de "paz social" en la compañía que anime el apetito inversor. El acuerdo se selló ayer en Vigo con la mediación de Inspección de Traballo.

Las indemnizaciones se articularán a través de un pago inicial en el que se abonará la mitad de lo establecido al que le seguirán otros doce con periodicidad mensual para cerrar la baja de estos 34 trabajadores con los que se espera aligerar la estructura de gastos de la empresa. De esta forma, la empresa busca aumentar el atractivo de la firma de cara al proceso de negociaciones ante inversores interesados que, por el momento se ha saldado con la presentación de una única oferta de dos millones de euros por parte de un fondo representado por el banco inglés Bank & Clients, y que se topó con el rechazo del pool de bancos, pero que no se descarta que pueda ser revisada al alza en las próximas semanas.

"A partir de ahora la Administración tiene que cumplir con su compromiso de mediar en la búsqueda de inversiones que garanticen la viabilidad de Maderas Iglesias y el mantenimiento de los 200 empleos, su mayoría ocupados por mujeres", recalcan desde el comité de empresa, que exige tanto a la Xunta como al Igape que tomen parte activa en el proceso de búsqueda de nuevos inversores. Y es que, pese a operar con normalidad y contar con carga de trabajo, la elevada losa de una deuda que se sitúa ligeramente por encima de los 56 millones de euros apremia la llegada de nuevos propietarios que inyecten el capital necesario para allanar el futuro de la compañía.

"La compañía tiene actividad y es viable. De hecho desde que comenzaron todos los problemas hace ocho o nueve años hasta ahora se siguen debiendo el mismo número de nóminas: una", comentan fuentes sindicales en referencia a la única paga que tiene pendiente desde el pasado mes de diciembre pese a las dificultades para acceder a líneas de liquidez por parte de las entidades financieras.

Maderas Iglesias, que en estos momentos concentra el 100% de su actividad en O Porriño tras el cierre de sus centros de Vigo y Mos, llegó a contar en su día con más de 600 trabajadores, una cifra que ahora -tras este acuerdo que se saldará con 34 bajas voluntarias-, se reduce a una tercera parte: 200 personas. El estallido de la crisis económica y el descenso de la actividad inmobiliaria que trajo consigo tanto en España como en Estados Unidos pasó factura a la compañía hasta el punto de verse obligada a solicitar el concurso de acreedores, en un movimiento que se saldó con una quita del 50% de una deuda que por aquel entonces rondaba los 72 millones de euros.