Oficialmente, ya desde el pasado año, España recuperó los niveles de Producto Interior Bruto (PIB) previos a la crisis. Y con él también el reparto de la riqueza por habitante, con 24.999 euros en 2017 tras un incremento del 3,8% respecto al ejercicio anterior y 724 euros por encima del máximo que hasta ahora estaba en 2008 (24.275 euros). La renta, junto con el empleo, "son dos aspectos esenciales del bienestar material", como recuerda el monográfico sobre ambas variables y su comportamiento durante la doble recesión que acaba de publicar el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación Ramón Areces. Sin embargo, la evolución de las dos no fue igual entre 2007 y 2016. "La crisis ha supuesto una caída en el empleo muy superior a la de la renta per cápita y el cambio de tendencia también muestra un mejor comportamiento de la renta media que del empleo -añaden los investigadores-. En particular, el desempleo de larga duración está manifestando una enorme resistencia a disminuir". La falta de oportunidades laborales y la merma salarial están provocando un cambio a fondo en la demografía de las clásicas clases sociales y el adelgazamiento de la parte intermedia. La clase media mengua. En Galicia, dos de cada diez hogares con un intervalo de ingresos medios desaparecieron durante estos años.

En 2007, un 33,6% de los gallegos -contemplados como unidad de consumo, es decir, cada uno de los miembros de un hogar ponderados en función de su papel en los ingresos de la familia- contaba con una renta media de 6.384 euros. Son el segmento más bajo, considerados pobres. En 2016, su peso aumentó hasta el 36,4%. Son más (el alza asciende al 8,2%), a pesar de que el umbral de recursos en este grupo se reduce a 6.119 euros.

El siguiente escalón está formado por aquellos que antes del parón económico rondaban una renta media de 10.600 euros y en 2016 se sitúan alrededor de los 10.800. La clase media baja. Del 33,2% de la población salta al 35,1%, otro incremento, por tanto, del 5,5%, según el informe del Ivie.

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Contando estos dos colectivos, la inmensa mayoría de los residentes en Galicia -siete de cada diez- están bajo la catalogación de pobres o de clase media baja.

La clase media, en cambio, baja un 9,6%. Pasó de representar el 24,1% de la población gallega al 21,8%. Además, para poder estar bajo esta catalogación hay que tener más dinero. La clase media en Galicia en 2007 acumulaba una renta media de 15.570 euros y nueve años después el listón se elevó a casi 15.900 euros.

El mayor batacazo en la comunidad se registra en la clase media alta. La caída supera el 25%: del 9% del total al 6,7%.

Hay mucha diversidad en la evolución por comunidades "junto a un patrón común que indica un desplazamiento sustancial de la población desde los grupos con mayores rentas hacia los grupos menos favorecidos", señala el estudio firmado por los economistas Carmen Herrero, Antonio Villar y Ángel Soler Guillén. En España, el grupo "clase media alta" desciende un 20%, mientras que "los pobres" aumenta un 22%. Baleares, Canarias y Cataluña se anotan los mayores ascensos de hogares con bajos ingresos. Las tres registran subidas de más del 30%. Andalucía, Extremadura, el País Vasco y La Rioja son los territorios donde ese "efecto desplazamiento" fue menos pronunciado.

El impacto de la crisis es también muy visible en la cuantificación de qué parte de la población de las comunidades alcanza, al menos, la renta media nacional. En 2007 en Galicia era el 33,1%. En 2016 supone el 28,5%. Una disminución del 14%, la misma que en el conjunto del país.