No fue nada fácil. De hecho el acuerdo nace de una de esas famosas noches de maratonianas negociaciones entre el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea. Finalmente el objetivo vinculante de energías renovables para 2030 será del 32% y habrá una cláusula de revisión al alza en 2023, aunque se queda fuera la meta en materia de eficiencia energética. El techo se sitúa así en un punto intermedio entre las pretensiones de la Eurocámara, que abogaba por situarlo en el 35%, y de los Estados miembros, cuya postura oficial era del 27%, aunque había países más ambiciosos alineados con la postura de los eurodiputados, como España.

"Este acuerdo es victoria duramente trabajada para desbloquear el verdadero potencial de la transición de Europea hacia una energía limpia. Esta nueva ambición nos ayudará a cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y se traducirá en más empleos, facturas energéticas más baratas para los consumidores y menos importaciones de energía", aplaudió el comisario de Energía y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. El eurodiputado del PSOE José Blanco, responsable del informe de la Eurocámara sobre esta cuestión, remarcó en declaraciones a Europa Press que el acuerdo pone a la UE "en sintonía" con el Acuerdo de París para avanzar en el proceso de descarbonización de la economía e impulsar una transición energética. Lo cree también la nueva ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que considera el objetivo una "fantástica noticia" para "España y su industria".