Que la recuperación no está llegando a todos en la sociedad es tan evidente que ninguna administración, de cualquier color político, se atreve a negarlo. La tasa de paro -del 16,7% en el conjunto el Estado y el 15,1% en Galicia- se mantienen entre las más altas de la Unión Europea y hasta las empresas empiezan a apostar en alto que hay que mejorar los salarios. Por si quedaba alguna duda, el Banco de España acaba de publicar un informe en el que reconoce que la crisis "provocó un aumento notable de los indicadores de desigualdad de la renta y la riqueza en la mayoría de países de la OCDE". "Entre ellos España", concreta, donde "se produjeron un aumento muy significativo del paro y una reducción de las horas efectivamente trabajadas, que se concentraron en los grupos con menores salarios, lo que incrementó considerablemente la desigualdad de los ingresos salariales y de la renta bruta per cápita por hogar".

Sobre esto último, los ingresos disponibles en las familias, las pensiones jugaron un papel fundamental. Las prestaciones tuvieron una evolución menos mala que los salarios y eso "generó una reducción de la desigualdad de la renta total de los hogares". Es lo que el organismo destaca frente a "la moderada recuperación de la desigualdad de la renta per cápita durante la recuperación".