El sector conservero gallego vislumbra un mercado cada vez más grande y lleno de oportunidades, en el que prevé crecer tanto por tamaño como por rentabilidad. Es por ello que en el sector se cuecen algunos de los proyectos más ambiciosos para automatización de procesos, que se extienden a lo largo de toda la cadena productiva. Desde que el pescado cae en las redes del barco hasta que este es envasado para su presentación en los expositores de los supermercados.

La sede de Anfaco-Cecopesca reunió ayer en la Jornada de Innovación en Automatización 4.0 para la Industria Alimentaria a representantes de algunas de las principales firmas que ofrecen soluciones para automatizar la producción aprovechando las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías. Es el caso de Infaimon, que se vale de la visión artificial para controlar y monitorizar los procesos. Un entramado de cámaras y monitores nutren de información a una computadora que tiene capacidad tanto para, por ejemplo, descartar aquellos ejemplares de peor calidad o verificar que el proceso de empaquetado se ha realizado de manera correcta. "Con esto logramos desde la selección de productos por tamaño y color hasta garantizar la trazabilidad y el control de calidad", recalcó Guillermo Arosa, gestor comercial de Infaimon Group en Galicia.

La automatización ofrece soluciones y permite generar valor al producto ya desde el momento posterior a la captura, pero no se detiene ahí. La firma vasca Inser Robótica, dirigida por el vigués Alberto Alonso, ha desarrollado un robot que permite la clasificación de pescado o fruta -una tecnología que se podría implantar a bordo en los barcos- y realizar un empaquetado más ágil y homogéneo de toda la producción y evitar cualquier tipo de desperdicio. "Todo el proceso está monitorizado y todos esos datos que obtenemos luego nos permiten saber qué lineas son más eficientes, lo que garantiza una mejor toma de decisiones", comenta Alonso.

La necesidad de mejorar la eficiencia en la clasificación de las capturas es una constante en el sector, lo que provoca que estos dos proyectos no sean los únicos en esta área. La Armadora Pereira desarrolla un sistema que permita clasificar el calamar en torno a diferentes tallas. Lo hace en el marco de la iniciativa Propesca, en donde colabora con Copemar o el CTAG, mientras que Atunlo se ha equipado recientemente de la primera clasificadora del mundo que distingue entre especies, desarrollada por las viguesas Hermasa y Marexi.

Durante la jornada organizada por Anfaco-Cecopesca en colaboración con la Asociación Española de Robótica (AER), se demostró que la tecnología 3D no es coto exclusivo de la industria tecnológica californiana. Luis Fachal delegado comercial para Galicia y Portugal de SICK, presentó su dispositivo de corte por láser 3D, que permite homogeneizar el corte de los especímenes capturados para que posteriormente sean tratados por la industria transformadora.

El atractivo que tiene para la industria la implantación de robots industriales no radica solo en el hecho de que permite elevar la rapidez de ejecución de los procesos, sino que también permite reducir la huella de la industria en el medio ambiente y, con ella, aligerar la estructura de costes de estas industrias. Es en esta parte donde actúa Festo España. Jordi Graells, National Key Account Manager de la empresa, puso en valor la iniciativa ya implementada en Borgwarner, que permite monitorizar el uso de aire comprimido y reducir desperdicios de energía.

Luisa Boquete, directora del Área de Programas de la Axencia Galega de Innovación (GAIN), animó a las empresas de menor tamaño a apostar también por la digitalización. "Se estima que cuatro de cada cinco pymes desaparecerán antes de 2030 si no se digitalizan", recalcó, antes de anunciar que la agencia reducirá los requisitos de inversión mínima en futuras convocatorias para proyectos de innovación.

La alianza con Emenasa

El investigador de Anfaco-Cecopesca, José María Alonso, pasó revista al punto en el qué se encuentra la Unidad Mixta de Investigación (UMI) entre la asociación y Emenasa. Es la tercera que mantiene Anfaco, tras las realizadas con Jealsa y Calvo (todavía activa). La UMI con Emenasa, dotada con un presupuesto de dos millones de euros, con las que se exploran posibilidades para mejorar la eficacia de ejecución de procesos y reducir el consumo de agua y electricidad. Para ello, implementará la visión artificial en un dispositivo que permitirá descartar de manera automática algas o cangrejos que se encuentran junto a los mejillones recién extraídos y, además, parametrizará todas las características de la fábrica para evitar todo tipo de desperdicios de materia prima, agua o electricidad.