La viguesa Selmark representa como pocas el nuevo panorama al que se enfrentan las compañías gallegas. El fabricante de productos de lencería y baño, está asentado en el polígono de Valadares, pero sus ojos miran hacia el exterior para relacionarse con sus proveedores como con los establecimientos que aportan un tercio de todas sus ventas.

"Hoy en día ya no se justifica que una empresa sobreviva solo en España", comenta Rafael Pérez, director general de la firma viguesa, que compartió un día de trabajo en la compañía con Covadonga Carballido.La estudiante de 21 años del doble grado de Derecho y Administración de Empresas de la Universidade de Vigo, se empapó por un día de la cultura de la empresa. Desde recorrer las instalaciones de la empresa hasta participar en las reuniones sobre tomas estratégicas de la empresa sobre cómo distribuir la producción entre las distintas factorías y a qué mercados se da el salto en su intento por elevar su facturación por encima de los 17 millones de euros con los que cerró el último ejercicio."Estamos un poco acostumbrados a verlo todo muy teórico, pero aquí ves cómo en la práctica las cosas son algo diferentes", relata Carballido.

La compañía busca oportunidades para remontar el vuelo tras un arranque de año marcado por el mal tiempo y explora opciones de entrada en nuevos mercados. "Desde que introducimos la línea de baño se nos está haciendo más fácil abrir mercado fuera", recalca Pérez, quien redobla su apuesta por mercados menos maduros y con más potencial de crecimiento como Senegal, Nigeria o Rumanía. "Son mercados más complicados, pero, a cambio, no hay tanta competencia", sentencia Pérez, quien de cara a nuevas nuevas incorporaciones a la empresa valora "un 30% la aptitud y un 70% la actitud".

El conocimiento de idiomas es una de las asignaturas obligatorias en la compañía. Y es que estar presente en casi medio centenar de países implica, por un lado, satisfacer a todo un abanico de consumidores con unos gustos que no siempre coinciden, algo que, según Pérez, se logra "con una colección lo suficientemente amplia" y, por otro, un reto a nivel idiomático, tanto para relacionarse con su red comercial como con los talleres con los que trabaja en Túnez (el resto están en España y Portugal).