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Abanca dispara un 58% el beneficio por venta de inmuebles e impulsa el crédito al sector

La comercialización de los adjudicados aportó más de 41 millones netos - La financiación a la construcción aumenta un 28% en 2017 - La mora hipotecaria se desploma a la mitad

Una de las nuevas oficinas de Abanca en Galicia. // FDV

Abanca tuvo que hacer malabarismos durante los tres años que permaneció bajo la tutela de la Comisión Europea para cumplir el plan de ajuste impuesto tras el rescate de las antiguas cajas. Es cierto que por el medio Bruselas revisó las condiciones y relajó la tijera, pero, aún así, mantuvo un adelgazamiento de entre el 20% y el 30% de los activos -incluida la cartera industrial- y un incremento "marginal" del crédito, con pocas alas para dar dinero a grandes empresas y al ladrillo. Con el examen aprobado y el despegue de los beneficios, las autoridades comunitarias cerraron el periodo de supervisión en diciembre de 2016 y el primer banco de Galicia pudo llenar los pulmones para sacar todo el partido posible al negocio. Además de pensar en compras -como luego se materializó con la adquisición de la financiera del Popular, los refuerzos en el área de seguros y, más recientemente, la red minorista del Deutsche Bank en Portugal-, su presidente, Juan Carlos Escotet, confirmaba su intención de aprovechar el tirón del mercado de la vivienda desde una "prudencia absoluta". Al cierre del pasado ejercicio, los préstamos de Abanca a la construcción y promoción inmobiliaria alcanzaron 671 millones de euros, un 28% más que en 2016. El sector se ha convertido en una rentable fuente de ingresos para el grupo: casi 42 millones de ganancias limpias por la venta de activos adjudicados en pago de deudas, lo que supone un incremento del 52% en comparación con el año anterior (26,3 millones).

La comercialización de viviendas, suelo y otro tipo de propiedades recibidas en su momento por el impago de un crédito permitió a Abanca avanzar en su prioridad de limpiar el balance. Durante el año pasado, el saldo de dudosos se redujo en 611,9 millones, un 28,4%, y quedan 1.541 millones. La tasa de mora bajó al 4,7%. "Esta mejora se ha producido gracias a una activa gestión orgánica, complementada por operaciones de venta de activos improductivos, que se han completado con resultado positivo y sin deterioro de los niveles de cobertura", explica la entidad en el Informe Anual que acaba de publicar.

En el caso de los activos adjudicados, el montante pasa de 418,6 millones de euros al cierre de 2016 a 392,6 millones, descontados ya los 616,26 millones de correcciones por deterioro. El valor bruto es de 1.008,9 millones de euros, de los que 112,8 millones están en edificios -61,9 millones de euros son en viviendas y otras construcciones concluidas. El importe de las promociones todavía en marcha asciende a 18,7 millones. La principal partida es la de los terrenos, más de 231 millones de euros, con 182,1 millones en suelo urbano consolidado. Hay 466,9 millones en pisos y casas procedentes de ejecuciones de hipotecas a hogares. Y cerca de 149 millones en otros activos.

Si lo que viene es una vivienda terminada, Abanca verifica el buen estado, pone un precio y lo saca al mercado a través de la red de oficinas y otros colaboradores externos. En caso de que las obras no hayan finalizado todavía, se valora rematarlas y la entidad hace un seguimiento de los trabajos. Todos los terrenos de venta se lanzan "inmediatamente" a la comercialización.

A pesar del incremento en 149 millones de euros de la financiación a la construcción y la promoción inmobiliaria -hasta ese total de 671 millones-, la morosidad en el sector mejora. Los préstamos que no están a corriente de pago se quedan en 59 millones de euros, lo que supone un descenso del 26%. La tasa desciende del 15,3% al 8,8%.

La mora en los créditos hipotecarios para la adquisición de vivienda es aún menor. Del 3,3%. En los últimos doce meses se desplomó a la mitad. Estaba en el 6,3%. Los préstamos dudosos ascendían a 769 millones de euros. Ahora son 382 millones. También baja el total prestado, un 6,5%, hasta los 11.391 millones. Se acaban de pagar más hipotecas de las que se contratan.

El volumen de refinanciaciones y reestructuraciones para adaptar las condiciones de un préstamo a un cliente en dificultades para intentar maximizar la recuperación no se queda atrás de la clara tendencia a la baja en el balance de problemáticos de la entidad. El saldo a 31 de diciembre de 2017 era de 2.097,5 millones de euros, frente a los 3.035,8 millones de 2016. Una disminución del 31%. Las provisiones específicas para cubrir su riesgo ascendían a 597 millones.

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