La ampliación de la flota comercial será uno de los motores para el despegue definitivo de la aeronáutica en suelo gallego, pero el sector aspira a recibir impulso también de la mano de los aviones no tripulados, que encuentran en el Polígono Tecnolóxico de Rozas un "centro pionero" a nivel europeo, con la perspectiva de dar empleo a 440 personas en 2020. La Xunta aspira a convertir este polo, en el que trabajan actualmente 18 empresas, en un centro de referencia en innovación del sector y para ello replicará el éxito de la Business Factory Auto (BFA) -la aceleradora de empresas de la automoción en Vigo- en el centro de drones de Rozas, como adelantó ayer el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde.

Las Civil UAVs Initiative, promovidas por la Xunta para desarrollar drones de uso civil encaran su fase B con gigantes como Boeing en la lista de candidaturas. La vuelta de tuerca a la regulación de los drones que esbozó Fomento deja a Galicia en posición de cabeza en este nicho de mercado y empresas como Indra, que es, junto a Babcock, el socio industrial de la Xunta en el polo de Rozas, ya perfila nuevas inversiones en Galicia. "Valoramos la posibilidad de instalar en Rozas una planta de ensamblaje o de montaje en en el futuro", adelantó ayer Francisco Javier Barcala, director adjunto de Plataformas Aéreas y UAVs de Indra. Estas instalaciones se sumarían a las de Babcock, que ultima la construcción de un hangar de 1.200 metros cuadrados y que prevé construir en Rozas sus prototipos de helicópteros no tripulados para tareas de salvamento marítimo o extinción de incendios.