A pesar de que ella misma inició su intervención con la advertencia de que el "trazo grueso" es "en muchas ocasiones injusto", Marta Fernández Currás optó por evitar casi todos los detalles de la intrahistoria de la fusión de las cajas gallegas y esbozó la historia de la fatídica operación de la que fue una de las grandes impulsoras a brocha gorda en la comisión de investigación sobre la crisis financiera del Congreso de los Diputados. No sería por la insistencia de los representantes parlamentarios, que requerían a la ex conselleira de Facenda y luego secretaria de Estado de Presupuestos explicaciones concretas sobre lo sucedido en Galicia. Y todos muy incisivos con la famosa due diligence contratada por un millón de euros a la que se aferró la Xunta para vender la solvencia de la unión y que después resultó que no solo no se posicionaba a favor, sino que proponía como mejor opción que fuera una absorción de Caixa Galicia por parte de Caixanova dada su mejor situación. Todos también inquirieron a Currás por la deriva de la antigua caja coruñesa. PSOE, Ciudadanos, Podemos-En Marea... e incluso el PP. Miguel Ángel Paniagua, diputado popular, recordó los informes del Banco de España publicados en exclusiva por FARO que decretaban "la inviabilidad de Caixa Galicia en 2009". Pero la exconselleira no contestó a ninguno.

Después de una reflexión global sobre su trabajo con el déficit de Galicia y la reforma del sistema de financiación autonómica cuando llegó a la Xunta, Marta Fernández Currás volvió a culpar al bipartito de no haberle dejado "ni una urgencia, advertencia o informe sobre la situación real de las cajas". Dejó entrever que en la etapa de la coalición del PSdeG y el BNG en San Caetano se relajó la supervisión porque se dejaron de hacer exámenes frecuentes a las cajas y el resto de las culpas las repartió entre el supervisor y el Gobierno central de aquel momento por elevar de la noche a la mañana los mínimos de solvencia en las entidades. "Sacrificó el capital principal de la entidad", acusó Marta Fernández Currás.

"Hubo una descoordinación como mínimo -dijo, en referencia a los organismos supervisores respecto a la fórmula en la que se recapitalizó Novacaixa antes de su nacionalización-, no quiero pensar nada extraño".

La diputada socialista Margarita Pérez Herráiz preguntó por la famosa venta de oficinas de Caixa Galicia que tanto la entidad como el Banco de España se comprometieron a vender para hacer sostenible la fusión. Pero no hubo respuesta. Sí la hubo para las acusaciones de politización que hizo Ciudadanos. Currás aseguró que hasta 2009 no hubo representante de la Xunta en la Comisión de Control, aunque eludió reconocer los cargos políticos presentes en el consejo de Caixa Galicia. Yolanda Díaz, de Podemos-En Marea, exprimió al máximo la polémica de la due diligence: "Si la no auditoría que para ustedes avalaba la fusión pedía una absorción y el Banco de España decía que no podía haber fusión, ¿por qué lo hicieron?", cuestionó, relacionándolo con el mantenimiento de posibles favores "sobre todo en una de ellas".

"No tengo ningún balance negativo en mi cumplimiento del deber y por lo que veo en los demás tampoco lo tienen", concluyó Currás.