No es ninguna novedad que con cada mensualidad la Seguridad Social bate récord del gasto en pensiones. Crece la esperanza de vida, aumentan sin descanso los beneficiarios y, pese al empobrecimiento de muchos jubilados que pasaron por largos periodos de paro en los últimos años de su vida laboral a causa de la crisis y perdieron la posibilidad de seguir cotizando, la cuantía de las nuevas altas supera con creces a las prestaciones que se dan de baja por fallecimiento. Las pensiones en Galicia el pasado año alcanzaron los 7.565,3 millones de euros, según los datos que acaba de publicar el organismo. Sí, nuevo máximo histórico. Pero con un importante matiz. Para aligerar el déficit de la Seguridad Social y liberarle de parte de los costes, el Gobierno decidió desde 2014 pagar los complementos de mínimos de a las pensiones más bajas directamente a través de los Presupuestos Generales del Estado. Eso provocó que de forma temporal el gasto cayera. En 2017, por primera vez desde entonces, el desembolso de la Seguridad Social en la comunidad superó al de 2013, cuando todavía asumía los complementos de mínimos. Suma y sigue. Hoy las pensiones gallegas absorben 2.300 millones de euros más al año que hace una década.
El importe de las prestaciones en 2006 rondó los 5.250 millones de euros. La partida se incrementó en este tiempo un 44%. El número de pensiones contributivas pasó de 701.000 a más de 760.000, lo que supone un incremento del 8,5%. ¿Y qué pasó con la cuantía? La media diez años atrás era de 539 euros. A cierre del pasado ejercicio se situó en 784 euros, un alza, por tanto, del 45%. Y eso que van con este nuevo año cinco ya consecutivos con la revalorización mínima del 0,25%.
Con el nuevo sistema de revisión de las pensiones, desvinculadas de la variación de los precios para enfado de millones de mayores que están en plena campaña de protestas para que el Gobierno vuelva a tener en cuenta el IPC y evitar la pérdida de poder adquisitivo, el gasto en Galicia contuvo en estos últimos años el crecimiento disparado que venía acumulando. En 2015 el alza fue del 3,3%; del 3,1% en 2016; y el 3% en 2017.
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El incremento en el conjunto del Estado el pasado ejercicio fue del 3,4%, hasta los 115.729 millones de euros, sin contar con los complementos de mínimos. Galicia registra la subida más discreta junto con Castilla y León (3,01%) y Asturias (2,03%). ¿Cómo es posible que los territorios más envejecidos de España sean los que soportaron en 2017 un menor aumento del gasto en pensiones? Porque en su caso la evolución es constante, mientras que en otras regiones el llamado invierno demográfico empieza a notarse ahora con más fuerza y porque también la cuantía de las prestaciones aumenta más en muchas de esas autonomías.
Del total del gasto en pensiones en Galicia el año pasado, siete de cada diez euros fueron para jubilaciones: 5.390,2 millones, tras un ascenso del 3,4%. Las de viudedad crecieron menos, un 2,2%, hasta los 1.242 millones de euros. Las de invalidez sumaron 796,2 millones, un 2,2% por encima de 2016; un 1,7% crecieron las prestaciones de orfandad (100,9 millones de euros); y un 4,8% en favor de familiares (36 millones).
Faltan los datos de la gestión de las mutuas que colaboran con el sistema general de la Seguridad Social, con cifras siempre muy importantes tanto en el abono de bajas laborales como en recaudación. Sin contar con ellas, el gasto en otras prestaciones llegó a los 253 millones y los ingresos por cotizaciones rondan los 4.153 millones.
