En el año 2009 el astillero Armón Vigo entregaba el Intermares, un moderno buque de 80 metros de eslora que tenía como objetivo servir para la formación naútico-pesquera y cooperación con países vinculados con España en pesca. Encargado por la Secretaría General del Mar en el último mandato al frente del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el buque tan solo realizó unas campañas hasta que acabó amarrado en Ferrol en 2011. Ahora la Armada pretende reconvertir el buque para que se convierta en un segundo Hespérides, es decir, un buque oceanográfico. Según fuentes del sector consultadas, los astilleros gallegos serían los mejores posicionados para realizar la obra, entre ellos estarían tanto Armón como el marinense Nodosa, que en estos momentos está realizando operaciones de mantenimiento.

El anuncio de la reconversión y nueva vida para el Intermares llega en un momento en el que tanto el Instituto Español de Oceanografía (IEO) como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se ven en mayores aprietos para conseguir llevar a cabo sus respectivas campañas. De hecho, el director del IEO, Eduardo Balguerías, ya anunció que estaban en pleno proceso de estudio para valorar la adquisición de una nueva unidad, que sustituiría al Cornide de Saavedra.

El buque contó con una inversión superior a los 22 millones de euros y nació con la intención de ser un barco escuela único, destinado a la "formación pesquera de operaciones relacionadas con la extracción y la formación, mediante el desarrollo de campañas de aprendizaje teórico y entrenamiento práctico", tal y como publicó FARO el día de su botadura ante la ministra de Agricultura Elena Espinosa. Tiene capacidad para máximo de 48 alumnos, diez docentes y quince tripulantes, teniendo por tanto una capacidad aproximada de 73 personas.

Reforzar el casco

Entre las labores que serán necesarias para la reconversión del barco están la mejora del casco, para que pueda navegar por las gélidas aguas de la Antártida como lo hace el Hespérides. Para ello precisaría tanto de un mayor espesor de la chapa como un refuerzo en la zona de proa, especialmente en el bulbo.

Medios especializados apuntan también que el barco precisaría de un profundo remodelado interior para adaptar los equipos científicos y también que sería un sustituto para el Las Palmas, que lleva desde 1978 realizando campañas bajo su denominación A-52.

Precisamente este tipo de denominación, empleado por la Armada, ya es visible en el Intermares. Y es que el buque se encuentra en estos momentos en el astillero de Nodosa Shipyard, donde ya se les ha requerido cambiar el nombre el barco para ponerle A-41. La factoría de Marín se adjudicó este mismo año un contrato para varada y mantenimiento del buque.

Según fuentes del astillero, el buque padecía claros síntomas del "desuso" de todos estos años de inacción. Los trabajos en los que se centrarán son el chorreo y la pintura del casco, así como una revisión de motores, grúas y los demás equipos. Este contrato, está cercano al millón de euros.

Fuentes de Nodosa explican que una vez se publique la licitación para reconvertir el buque optarán a ella ,ya que, como Armón, ahora conocen el barco. Además, también podría optar Freire Shipyard, el astillero con mayor experiencia en oceanográficos de todo el sector.