Será una negociación "muy difícil", pero alumbrará bajo unas mismas siglas -si prospera- al mayor constructor mundial de la industria del automóvil. Fue la agencia Bloomberg la que este jueves avivó los nuevos rumores de fusión entre Renault y Nissan, según los cuales ambas compañías están negociando su integración bajo la batuta de Carlos Ghosn. Pasarían por constituir una compañía de nueva creación, para cotizar en Londres o Países Bajos, que terminaría de cristalizar una alianza de dos décadas entre la constructora gala y la nipona, en la que también tendría parte la también japonesa Mitsubishi. A día de hoy Renault ya posee el 43,4% de las acciones de Nissan, a su vez titular del 15% de su colega francés. Esto es lo que ha trascendido y las consecuencias de una operación mayúscula.

| La política. Los trámites se presumen complejos no solo por la dimensión de la posible integración, sino por el peso que los Estados francés y japonés quieren retener en industrias de este calibre. El Elíseo controla el 15,01% de Renault, de ahí que el propio Ghosn admitiera en febrero que una fusión requeriría del acuerdo de los dos gobiernos. "El tamaño importa en la industria del automóvil", analizó para Bloomberg la analista Janet Lewis, quien añadió que "la preocupación siempre ha sido el Gobierno francés, y de algún modo también Japón, porque los dos quieren mantener sus campeones nacionales".

| El líder. Ghosn defendió en la última presentación anual de resultados la necesidad de dar una estructura sólida a la alianza con Nissan y Mitsubishi que "sobreviviese" a los actuales patrones del proyecto. "Necesitamos encontrar las estructuras legales y organizativas", explicó. El ejecutivo fue apodado Le Cost Killer por los ajustes que ejecutó a su llegada a Renault, hace ya 21 años, cuando pasó de ser el fabricante de coches más endeudado al más rentable. Tiene 64 años y no cuenta, según la prensa gala, con un sucesor claro. Según las informaciones desveladas por la agencia americana, Carlos Ghosn es quien capitanea las conversaciones con Nissan.

| El mercado. Las dos firmas rehusaron hacer declaraciones respecto de la posible fusión, que fue muy bien recibida en Bolsa con un avance del 5,8% de Renault en el parqué de París. El mercado llegó a aupar al fabricante por encima del 7% a media sesión. La noticia animó incluso a la competencia: Volkswagen (+4%), Fiat Chrysler (+2,3%) o General Motors (+2%) cotizaron en verde, al igual que las auxiliares Faurecia (+2%) o Gestamp (+2,6%). Daimler, accionista tanto de Renault como de Nissan, se revalorizó otro 4%.

| Las cifras. La tríada Renault-Nissan-Mitsubishi se convirtió el año pasado en el mayor productor mundial de vehículos, con 10,6 millones de unidades. Esto significa que uno de cada diez coches vendidos llevaban una de las tres enseñas. Porque es Nissan quien controla a su vecino nipón al tener un 34% de las acciones de Mitsubishi. La alianza sobrepasó así al Grupo Volkswagen (sin contar con la producción de camiones, con la que el grupo germano mantiene el liderato). Entre las tres empresas suman un volumen de facturación superior a los 160.000 millones de euros (equivalente al Producto Interior Bruto gallego de dos años y medio) y casi 340.000 trabajadores.

| La operación. No han trascendido muchos detalles, aunque se especula que Nissan tendría que ceder parte de su peso en la sociedad de nueva creación, que sería la que cotizaría en Bolsa. Lo haría en Londres o en Países Bajos, de modo que se mantendrían las actuales sedes operativas en Francia (Renault) y Japón (Nissan). Los Gobiernos de ambos países tendrían que pronunciarse favorablemente para que la fusión se produzca.

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