Bimba y Lola, una de las empresas gallegas de moda que mejores noticias que está dando al sector en los últimos años, da un paso más en el importante desafío al que se enfrenta con la búsqueda de un gran accionista de referencia que aporte a la compañía suficiente músculo financiero para seguir adelante con su ambicioso plan de expansión. La apertura del capital entra en su segunda fase. Tras el sondeo del mercado para conocer posibles interesados en tomar un paquete de títulos mayoritario, un proceso encargado por la textil de las hermanas María y Uxía Domínguez al banco Morgan Stanley, hay varios fondos dispuestos a hacer una oferta formal en una operación que podría alcanzar entre los 400 y los 450 millones de euros. Al menos ese es el precio puesto por las dueñas a una porción del capital que podría alcanzar el 70%. Entre los mejor colocados para la puja están grandes firmas de private equity como Permira -viejo conocido de la industria de la confección, llegó a controlar Cortefiel hasta su venta a CVC y PAI- y Carlyle, según adelantaron ayer el portal especializado en textil Moda.es y el periódico Expansión. No serían los únicos. En el mercado se especula con la presencia también de KKR y Bain Capital.
En esta nueva fase, antes de la entrega de las ofertas, las empresas pueden realizar las due diligence necesarias para conocer las tripas de Bimba y Lola, sus proyecciones de negocio y poner el precio definitivo. A falta de conocer los resultados del cierre de 2017, con un incremento en las ventas del 24%, en el ejercicio fiscal de 2016 la facturación superó los 152 millones de euros y el beneficio fue de 16,4 millones.
La compañía siempre ha guardado un escrupuloso mutismo sobre la venta del capital. Que no es la primera vez que se intenta. ¿Cuándo acabará? Fuentes del sector estiman que el examen de los fondos interesados podría alargarse hasta el mes de abril y, posiblemente, no se conocerá el cierre de la operación hasta mediados del ejercicio.
Bimba y Lola anunció recientemente su afianzamiento en Galicia con la construcción de una nueva "macrosede" en Porto do Molle, donde ha comprado 21.000 metros cuadrados para dar cabida a servicios centrales y parte de la logística, que también se ha visto reforzada con un nuevo almacén en la antigua nave de Pórtico en Mos.
