Portugal nunca había registrado tantas vacantes de empleo, con 27.500 a cierre del año pasado. Tiene una tasa de paro del 8,1% y un nivel de ocupación quince puntos por encima del que tiene Galicia. Pero, pese al crecimiento de su sector manufacturero, no encuentra mano de obra. No ayudan los bajos salarios, la ausencia de convenios o la demanda de personal que existe en países europeos que padecen el mismo problema, pero donde se paga mejor. Empresas de Portugal han empezado a echar mano de personal de Europa del Este para completar plantillas en sectores como la construcción o la industria del automóvil. Incluso han proyectado la construcción de una especie de hoteles para albergar a trabajadores que viajan desde casi 9.000 kilómetros.
Esto último es lo que ha impulsado JF Almeida, compañía textil de Guimarães, para completar sus necesidades de producción. Destinará 400.000 euros a la construcción de un edificio de 26 habitaciones para alojar mano de obra de Bangladesh. "Damos prioridad a los portugueses, no podemos quedarnos de brazos cruzados ante la enorme dificultad de contratar empleados para trabajar con las máquinas", explicó el presidente del grupo, Joaquim de Almeida, al periódico especializado JornalT. La misma empresa, con casi 600 personas en plantilla, ya reclutó a medio centenar de ucranianos. El hotel de JF Almeida estará en Moreira de Cónegos, contiguo a la factoría de producción.
De acuerdo a los datos del Eurostat, el salario medio en la industria textil portuguesa está por debajo de los 11.200 euros anuales, lejos de los 19.300 que se abonan de promedio en España. Eso sí, a años luz de los menos de cien euros que cobran en las fábricas de confección de Bangladesh, de acuerdo a la estadística de la Organización Internacional del Trabajo ( International Labour Organization, ILO). El empresario no aclaró al mismo medio qué retribución tendrán los empleados bengalíes (en Portugal no hay convenios colectivos).
Las comparaciones se acercan a lo sideral en sectores como la construcción, para el que Portugal urge la contratación de -al menos, por los datos oficiales- 1.600 operarios. Allí ofrecen menos de 15.000 euros al año, frente a los 39.000 de Holanda o los más de 45.000 euros de Dinamarca.
