La industria es la principal actividad tractora de una economía: genera casi dos empleos adicionales por cada trabajador y un efecto arrastre de 1,5 euros de valor añadido bruto (VEB) por cada euro generado en origen. Sin esta locomotora -o, al menos, si no está a tope de revoluciones-, un economía como la gallega carbura por debajo de sus posibilidades. Y este es el diagnóstico del Consello Económico e Social (CES): la comunidad todavía está por debajo de los niveles de empleo industriales previos a la doble recesión, hay "cada vez más dificultades para atraer nuevas inversiones de empresas foráneas" y los trámites burocráticos restan competitividad frente a un escenario globalizado y cada vez más hostil. El organismo que preside Corina Porro presenta hoy el documento Por unha alianza no sector industrial galego, que aspira a servir de guía para "cooperar en el desarrollo de una política industrial a largo plazo". El trabajo, planteado como una contribución común de todos los sectores, se presenta hoy en Santiago. CC OO ve en el mismo una "enmienda a la trayectoria errática de la Xunta en política industrial", según su secretario xeral, Ramón Sarmiento. Estas son algunas de las propuestas, validadas por unanimidad en el seno de la organización.

| Suelo industrial. El documento sentencia que su disponibilidad es un factor de competitividad. En Galicia hay 57,6 millones de metros cuadrados de suelo empresarial, de los que 35 se dedican a la industria. La ocupación alcanza el 92%, según los datos recopilados por el CES. Esta superficie se corresponde con el 0,12% del total de suelo gallego, que es insuficiente. Para el Consello Económico y Social hay "ciertos desajustes" respecto a las necesidades de las empresas. No hay un censo de suelo disponible (público o privado). El CES recomienda elevar en un 50% la oferta, por encima de los 52 millones de metros cuadrados.

| Trámites. "La carga administrativa, los plazos y los costes de los trámites administrativos son muy elevados", destaca el CES, que "influye en la búsqueda de localizaciones alternativas" para el lanzamiento de nuevos proyectos industriales. El informe cifra en 297,5 días el plazo necesario para conseguir un permiso de construcción en Galicia, y recomienda rebajarlo un 35% (hasta los 193 días). Recuerda también iniciativas como la de Portugal, con un ministerio dedicado únicamente a la supresión de burocracia y que permite ya la constitución de empresas en solo una hora, lo que hace a la región "más atractiva para la inversión". El plazo necesario para abrir un negocio en suelo gallego es de 19 días; el CES propone reducirlo a 14. Además, y sobre la escasez de inversiones foráneas, "resulta fundamental simplificar los trámites, digitalizarlos en la medida de lo posible y contar con una figura que guíe al inversor en todo momento".

| Cogestión. Es un sistema que no existe en Galicia, pero al que el CES le ve posibilidades para reducir la conflictividad laboral y crear espacios que permitan a empresarios, sindicatos, administración y trabajadores "remar en la misma dirección". Para el organismo debería lanzarse un "programa piloto que permita la autoselección de empresas" para explorar esta manera de gestionar.

| Tamaño. El pequeño tamaño de las empresas gallegas es, también de acuerdo al documento que se desvela hoy -al que ha tenido acceso FARO-, una rémora en cuanto a competitividad. El CES considera prioritario "promover el aumento de tamaño" de las sociedades privadas a través de procesos de concentración. Para ello sugiere la posibilidad de articular préstamos blandos, dar más protagonismo a las sociedades de garantía recíproca y capital riesgo y ventajas fiscales. En este sentido, considera que "la escasa relevancia de las fuentes alternativas de financiación" en Galicia "provoca una fuerte dependencia" de la banca tradicional.

| Fiscalidad. Como advierte el CES, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados es, con el de Valencia y Cataluña, "el más alto de España pese a que no hay motivos para justificarlo".