El grupo Aluminios Cortizo cumplió 45 años en un 2017 plagado de nuevos récord para la compañía con sede en Padrón. La compañía especializada en la producción de perfiles de aluminio y PVC para la arquitectura y la industria cerró el año pasado con la mayor cifra de ingresos de toda su historia, 554 millones de euros, tras dispararse un 17,9% respecto al año anterior. Este crecimiento descansó sobre el repunte de la producción y el foco hacia productos de mayor valor añadido, que permitieron que los ingresos creciesen a un ritmo superior que los volúmenes de ventas.

"Llevamos cinco años consecutivos de crecimiento, pero nuestra satisfacción viene dada no solo porque cada vez vendemos más, sino porque también vendemos productos con mayor valor añadido adaptados a mercados tan exigentes como el centroeuropeo o escandinavo", aseguró Antonio B. Picón, director de la división de Industrial de Cortizo. Y es que la compañía fabricó 75.824 toneladas de perfilería de aluminio a lo largo del año pasado, lo que representa un crecimiento del 6,7% respecto al año pasado, aunque el mayor incremento se registró en la división de barras de PVC. Produjo 958.000 unidades en todo 2017, un 68% más que las cerca de 570.000 del año anterior.

Buena parte de este crecimiento de producción y facturación se canalizó a través del mercado exterior, que sigue pesando más del doble que el nacional. La compañía gallega logró el 70,7% de su facturación del mercado exterior gracias a su presencia en hasta 60 países diferentes, entre los que sobresalen Alemania, Francia o Reino Unido.

Los niveles de crecimiento de Aluminios Cortizo el año pasado se trasladaron también a sus cifras de empleo. Solo en Galicia creó 160 nuevos puestos de trabajo, con lo que ya da empleo a 1.539 personas. La comunidad captó más de la mitad de las nuevas contrataciones del grupo, que el año pasado generó 290 nuevos empleos en todo el mundo, hasta alcanzar los 2.800 trabajadores en plantilla. 2.112 de estos puestos los genera en España, en donde cuenta con plantas, además de la de Padrón, en Mieres (Asturias), Manzanares (Ciudad Real) y Granadilla de Abona (Tenerife), que se suman a los de Chemillé (Francia), Radomsko (Polonia) y Nová Baña (Eslovaquia).

Más inversiones

La compañía aspira a batir nuevos récord de facturación y empleo y para ello destinó a inversiones el equivalente a casi una décima parte de sus ingresos: 48,5 millones de euros. Casi la mitad (19,6 millones de euros) se dedicaron a su expansión en Padrón. Allí se instaló de una nueva prensa de extrusión, que cuenta con 2.500 toneladas de potencia, se creó una nueva planta de lacado, otra de brillo químico, además de la puesta en marcha de líneas de extrusión en el centro productivo de PVC. Otros 14,3 millones de euros fueron dedicados para duplicar el tamaño de su planta polaca, que junto a los 8,2 millones de euros para su factoría de Chemillé y los 6,4 millones restantes se dedicaron a la ampliación de sus instalaciones logísticas en Zaragoza, Zamora y Álava y para la creación de un almacén en Tenerife.