Maderas Iglesias acumula ya ocho años de travesía por el desierto. El frenazo de la actividad inmobiliaria por el estallido de la crisis y la sequía de nuevos pedidos han provocado que el que fuera el mayor productor español de pavimentos de madera y tarima flotante encadene siete expedientes de regulación de empleo (ERE) y dos procesos concursales que han menguado el tamaño de la plantilla desde los casi 800 trabajadores de su época de apogeo hasta los 249 con los que cuenta en la actualidad. Sobre 140 de ellos recae, además, la amenaza de un ERE extintivo, que la dirección de la compañía deslizó antes de Navidades como posible alternativa a su liquidación, pero que ahora permanece en suspenso.

"Están siendo unas semanas muy duras por toda la cantidad de reuniones que estamos teniendo en diferentes sitios para buscar una solución, pero más lo es para los trabajadores que ya arrastran ocho años de penurias", explica el presidente del comité de empresa, Vicente Molares. "Es imposible sacarse el tema de la cabeza y nos ocupa mentalmente todo el tiempo, cuando en realidad tendríamos que estar allí tranquilos y centrados en sacar el trabajo adelante", lamenta Ceferino Reigada.

Ante la "amenaza" de que el propietario de Maderas Iglesias liquide la empresa para trasladar su actividad hacia otras dos sociedades recién creadas, como temen en los sindicatos, los trabajadores redoblan sus esfuerzos para que la administración tome un papel activo para garantizar el futuro de una empresa que tiene 81 años de historia. "Tras la reunión que tuvimos con el Igape [Instituto Galego de Promoción Económica] esta semana -continúa Molares-, logramos que saliese un documento en el que se emplaza a la empresa a reunirse con las otras tres partes: con el Igape, que es avalista de la maquinaria; con los acreedores; y con los trabajadores".

En este encuentro la plantilla buscará una solución a una compañía a la que consideran "viable". "Está claro es que la empresa es competitiva", sentencia Xulio Vicente, de la CIG. Para ello plantearán un relevo en la dirección que permita la entrada de un nuevo equipo gestor. "Nos vale cualquier persona que se ponga al frente y le dé viabilidad a la empresa", recalca Vicente. "No descartamos la opción de la que la administración ponga a alguien a quien pueda vigilar ni de que el actual propietario decida salir", señala Molares. El objetivo es encontrar un relevo en la dirección que asegure la entrada de unos pedidos. Éstos llegan ahora a cuentagotas ante la inseguridad de los clientes respecto a la situación financiera de la compañía. Un repunte de la actividad inyectaría fondos en la tesorería de la empresa con los que se pondría al día con unos pagos cada vez más deteriorados por el Expediente de Regulación Temporal del Empleo en el que se encuentra inmersa la compañía. "Yo llevo 24 años trabajando en la empresa y este mes he cobrado 238 euros", denuncia Teresa Camino. "El año pasado en febrero no cobré nada y el último mes cobré solo 100 euros". Habla Ceferino Reigada, que acumula 22 años en Maderas Iglesias.

La plantilla acusa al responsable de la firma, Juan Ramón Iglesias, de ser el causante de la situación que atraviesa actualmente la empresa y de, incluso, buscar la propia liquidación. "Esta semana nos reunimos con la abogada para ver qué podíamos hacer y la conclusión que sacó ella fue clara: que él está dejando morir Maderas Iglesias a costa de levantar con ella otras dos empresas", arremete el presidente del comité de empresa, que acusa al empresario de forzar la descapitalización de la firma. Se trata de E&Q Floor, radicada en Miami (Estados Unidos) a nombre de Juan Ramón Iglesias y de E&Q 91 Floors, con sede en Madrid y que vinculan a personas del entorno del empresario. "Hace una semana fueron a una feria en Valencia y lo que expusieron fue el BR 111, que comercializa su empresa de Miami", denuncia Enriqueta García. "Eso fue así, pero, sin embargo, se reconoció que todas las facturas se cargaron sobre Maderas Iglesias", añade Molares. En paralelo, Rubén Pérez, secretario general de UGT-FICA Vigo, pone el foco en la salida de existencias en las últimas semanas. "Está habiendo un movimiento de stock hacia sociedades de origen dudoso, cuando este es uno de los principales activos que tiene precisamente la compañía", comenta .

Las mujeres son mayoría

Un total de 249 familias dependen directamente de la actividad de esta empresa, en la que el 80% de la plantilla son mujeres que residen, mayoritariamente, en el área de Vigo y del Baixo Miño. Una quinta parte de los empleados (51) viven en Salvaterra de Miño. Otros 38, de O Porriño, 36 de Vigo, 32 de Ponteareas y 31 de Mos. La alcaldesa de este último concello, Nidia Arévalo (del Partido Popular), recibirá a los trabajadores durante la marcha que desarrollarán este jueves. Durante esta jornada de huelga completarán el recorrido entre las instalaciones de Maderas Iglesias en O Porriño hasta la delegación de la Xunta en Vigo. "Este es el momento de que la administración se decante si está del lado de los trabajadores o del empresario", argumenta Xulio Vicente, que encuentra en la cercanía a las comicios municipales uno de los argumentos para que estos alcaldes den un paso adelante. "Las elecciones de mayo de 2019 son nuestro mejor aliado en esta lucha".