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Cinco por uno en la industria "low cost"

El sueldo de un operario de automoción gallego equivale a tres de Polonia y cinco de Marruecos

La factoría de Grupo PSA en Mangualde (Portugal) necesita reclutar a 300 trabajadores para el tercer turno de producción que arrancará en abril. Pero con una tasa de paro en el centro del país del 6,8%, los responsables de la planta han tenido que ampliar la búsqueda por todas las cámaras municipales próximas. "Casi todos son nuevos trabajadores porque el mercado de la región es muy dinámico. Tenemos que ir en busca de trabajadores más lejos", admitió el director de la planta, el vigués José María Covelo, la pasada semana. De hecho la economía lusa nunca había tenido tantos puestos de trabajo vacantes: 27.500 a cierre de año, el doble que antes del rescate de la Troika. Su tasa de empleo supera el 60%, quince puntos por encima de la de Galicia. Pero los alicientes para económicos la población local son escasos y la búsqueda de mano de obra extranjera se ha multiplicado, una tendencia generalizada en todo el continente. Nunca se había producido un flujo semejante de trabajadores de países con nivel de vida más bajo a otros donde, en teoría, se vive mejor. Porque, a nivel salarial, una firma española podría contratar a tres operarios de automoción polacos o cinco marroquíes por el mismo importe que un gallego.

"Hay empresas que van a sudar para cumplir los plazos, traerán gente de fuera y va a haber lío", anticipa un empleado del naval de Vigo. Cree que no es una actividad bien remunerada dada la alta eventualidad y el riesgo, por eso "los que marcharon no quieren volver". Porque, morriña aparte, un operario cualificado y con tres años de experiencia cobra el doble en Holanda. Unos 3.000 euros mensuales, según los datos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime). Y, a su vez, el coste laboral de una compañía naval gallega es un tercio más cara que en Portugal; la polaca es tres veces más barata. Un país, este último, que en el primer semestre del año pasado fue el segundo activo en cuanto a la entrada en vigor de nuevos barcos: 17 buqu es. ¿El primero? España, y con Galicia a la cabeza. Nada que ver, claro, con los 220 adjudicados por la tríada low cost asiática de China (paga a dos dólares la hora), Corea del Sur y Vietnam. "Siempre va a haber un país más barato en costes, pero hay que saber competir con los instrumentos que marcan la diferencia", asiente un empresario del sector.

Sin mano de obra

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Según los datos de la Oficina Económica y Comercial de la embajada española en Rabat, "el coste laboral medio [...] en Marruecos es un 73% más bajo que el de España". Lo constata la consultora norteamericana Mercer: un operario de fábrica español percibe 24.000 dólares de media (19.300 euros, al tipo de cambio actual), frente a los 5.000 dólares de un marroquí. Y eso que el salario mínimo del país magrebí se elevó en diez puntos en 2015, hasta los 2.570 dírhams. Al cambio son poco más de 230 euros mensuales. Pero el problema marroquí es el mismo que el de Portugal: no hay mano de obra suficiente, y la que hay no permanece en las factorías dada la elevada movilidad laboral.

El Plan Nacional de Formación adoptado por la industria pretende capacitar a 60.000 operarios hasta 2020 por la elevada demanda tras la implantación en suelo nacional de PSA (Kénitra), Renault (Casablanca y Tánger) y la Société Marocaine de Construction Automobile (Somaca, en Aïn Sebaa), además de auxiliares Tier 1 como Viza, Faurecia (con una nueva factoría en Salé), Denso, Snop, Lear Automotive o Visteon. La firma española Crédito y Caución acaba de diagnosticar que Marruecos es, con República Checa y Vietnam, el mercado "más prometedor" para la industria de la automoción a nivel global. De nuevo, todos con costes laborales contra los que no puede competir Galicia. Una plantilla de 100 operarios gallegos cuesta lo mismo que otra de 200 checos o una de 230 eslovacos. O, puestos a comparar, con una de 600 chinos.

Es la misma regla que podría aplicar la automoción norteamericana, que - tweets de Donald Trum mediante- ha repatriado parte de su producción para evitar represalias comerciales. Según la información aportada por la International Labor Comparisons (ILC), el coste laboral por hora en el polo industrial de México es cinco veces más económico que en Detroit, y no pocos expertos achacan la "desaparición" del sector en Australia a la presión en costes laborales de Tailandia o Corea del Sur. La última marca que ha dejado de producir en las Antípodas ha sido General Motors; antes le precedieron Ford, Toyota, Nissan, Mitsubishi, Chrysler y Leyland Motor Corporation.

Más sectores

El patrón se repite en todos los sectores: hay países donde se paga mucho peor que en España, y otros donde las retribuciones son de lujo (en comparación). Por eso los flujos migratorios se disparan pese a que la recesión europea es historia: España (se ha duplicado desde 2008), Estonia, Hungría, Polonia y Rumanía son los países que más población activa han perdido en la última década. De Dinamarca, Alemania, Reino Unido (pese al Brexit), Holanda y Suecia parece que nadie quiere irse. En el metal danés el salario medio (no necesariamente el más habitual) supera los 44.000 euros; en el textil el sueldo promedio también supera los 40.000 euros en el mismo país, según datos oficiales del Eurostat, con los que duplica las retribuciones de España. Y España, con sus 19.300 euros al año en confección, hace lo propio con los 11.000 de Portugal y multiplica por tres lo que se paga en Polonia. O en construcción, sector en el que los lusos urgen oficialmente la incorporación de 1.604 operarios: ofrecen menos de 15.000 euros al año, a años luz de los 39.000 de Holanda.

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