Entre los 200 gallegos que participan en la construcción de este gasoducto están un padre y su hijo. Berto Martínez, progenitor, participa en la unión de los dos tubos antes de ser sumergidos y colocados en la red principal, mientras que su hijo, Carlos Alberto Martínez, es ingeniero y se ocupa del control en las líneas de la tubería. Juntos forman parte de un proyecto que busca posibilitar el traslado de gas entre Rusia, desde la ciudad de Anapa, y Turquía, en Kiyiköy. "Es algo bueno resaltar que dos generaciones paticipan también en el proyecto", comenta Berto Martínez, que mañana cogerá un avión para regresar al buque Pioneering Spirit.