La Comisión Europea de Competencia ha abierto una investigación al sistema fiscal aprobado por Polonia para el sector de la construcción naval, que permite a los astilleros abonar un tipo impositivo único del 1%, el lugar de acogerse al impuesto de sociedades (del 19%) o al impuesto sobre la renta (que varía entre el 18% y el 32%). El desembolso de esta tasa, además, se puede posponer hasta la entrega de la embarcación. Para Bruselas este régimen fiscal podría ser una "ayuda operativa" que distorsiona la competencia comunitaria. En concreto, la Comisión Europea cree que la medida perjudica al resto de astilleros comunitarios y considera que este espaldarazo fiscal no es necesario porque existen astilleros en Polonia que son capaces de competir en condiciones de mercado por sus propios méritos. Hasta junio de 2017 los astilleros polacos tenían 73 buques en cartera, uno menos que los españoles, y 17 nuevos contratos (solo por encima de los de Galicia, que en el mismo periodo había firmado 12).

La medida contra Polonia contrasta con la displicencia de la Comisión respecto al tax lease holandés, denunciado a finales de 2012. La última explicación que ofreció la comisaria de Competencia Margrethe Vestager fue en octubre de 2016, cuando estimó que las pruebas "no demostraban" la existencia de una ayuda estatal. "Los denunciantes serán informados tan pronto como haya concluido el examen de la información complementaria", zanjó.