Los bolsillos de los gallegos fueron los segundos que más se resintieron de la escalada de precios del año pasado. Después de tres años en los que el precio de la vida se abarataba gracias a la caída de los carburantes, en 2017 estos retomaron la senda de las subidas y, tras repuntar con fuerza, encabezaron el alza de precios en la comunidad junto a alimentos básicos como los productos cárnicos y el aceite.

Galicia despidió 2017 con unos productos un 1,2% más caros que en diciembre del ejercicio anterior. El ascenso, pese a moderarse desde las tasas superiores al 3% con las que arrancó el año, es una décima superior al registrado en el resto de España, en donde el crecimiento fue del 1,1%. Tan solo en Baleares se registró un mayor avance de la inflación (+1,3%).

Buena parte de la culpa de que los consumidores gallegos padezcan el segundo mayor encarecimiento del coste de la vida a nivel estatal se debe al precio en carburantes. No solo son los más caros de toda la península, sino que, además, ponen tierra de por medio al dispararse más que en ninguna otra comunidad. Y es que los combustibles se encarecieron un 4,7% en Galicia el último año. Se trata de un incremento cuatro veces superior al protagonizado por el resto de productos en Galicia y nueve décimas superior al alza del 3,8% a nivel estatal. Aún y así y pese a que han transcurrido tres años después de que la Xunta solicitase a Competencia que analizase por qué los los conductores gallegos se enfrentan a estos elevados precios, el organismo todavía sigue sin abrir investigaciones.

El mayor encarecimiento de los carburantes en Galicia que en el resto de España es seguido por la también mayor subida de precios en otras partidas energéticas. En concreto, la rúbrica que incluye el gasto en electricidad y agua se dispara un 1,8% por la escalada de un precio de la luz al alza por las escasas precipitaciones. Sin embargo, la subida avanza un escalón más en Galicia, donde es del 2,8%, un punto más que la media estatal.

Los productos alimenticios, por su parte, siguen dos tendencias bien diferenciadas. Mientras que los precios de aquellos ya elaborados se contienen, los productos frescos, por el contrario, se cotizan cada vez más caros. Es el caso del aceite, que sigue embarcado en su escalada de los tres últimos años y se convierte en el producto que más se encarece el último año. El auge de la demanda internacional y las malas cosechas por la falta de lluvia dejan tras de sí un alza de precios del 8,7% en el conjunto de España, que se atenúa al 8,6% en Galicia.

Misma tendencia, aunque menos acusada siguen las principales variedades de carne. La que más se encarece para los consumidores gallegos es la porcina. Se dispara un 4,1% en el último año, casi el doble que en el resto de España (+2,4%), seguida de la de vacuno, que cotiza un 2,1% más cara que hace un año en las tiendas gallegas. El alza de precios se traslada también de las granjas al mar. El pescado fresco y congelado se encareció un 3,3% el último año en Galicia.

Haz click para ampliar el gráfico