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Las herencias de viviendas crecen el doble que las ventas de inmuebles en Galicia

La comunidad se sitúa a la cola de la recuperación inmobiliaria -Los pisos de segunda mano copan el 75% del mercado

El mercado inmobiliario gallego cosechó el pasado 2017 sus mejores resultados de los últimos seis años. Se vendieron hasta noviembre 13.536 viviendas, un 9,2% más que en los mismos meses del ejercicio anterior. El incremento, sin embargo, está muy lejos de alcanzar la subida acumulada en el conjunto del Estado, casi un 15%, y de alcanzar los niveles previos a la crisis. En 2007 el número de operaciones en la comunidad rozó las 27.000. A Galicia le cuesta engancharse a la tajante recuperación que el sector atraviesa en buena parte del resto del país. Por varias razones, según coinciden los expertos. Sin apenas obra nueva, el ladrillo sobrevive gracias a los inmuebles de segunda mano y tampoco la demanda es la que era. De hecho, Galicia es la región con menos ventas por habitante. La merma salarial afecta de lleno a la capacidad de adquisición de un piso, a lo que se suma el progresivo envejecimiento de la población. Sin jóvenes, el colectivo en teoría más necesitado de una vivienda para independizarse, el mercado se asfixia. Hasta el punto de que las herencias de casas están creciendo en Galicia el doble que las compraventas.

A la espera de conocer los datos de diciembre para el cierre del año, 30.775 viviendas cambiaron de propietario en Galicia durante el pasado 2017, según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De ese total, el 44% (13.536) se vendió. Otras 296 (1%) se transmitieron por donación. Hubo 78 (0,2%) permutas. En otro tipo de operaciones -con mezcla de varios tipos de adquisición o carácter indefinido, por ejemplo- se registraron 9.276 (30%). Las herencias representaron el 25%: 7.589. En este último caso, el incremento de las transmisiones de propiedad respecto a 2016 supera el 20%. Más del doble, por tanto, que la comercialización de inmuebles.

Si echamos un vistazo a 2007, con la burbuja inmobiliaria sin pinchar, la compraventa de viviendas suponían el 62% y las herencias únicamente el 9%.

Solo el País Vasco registra un menor ascenso en la venta de viviendas que Galicia. Un 6,3%, concretamente. A la cabeza del dinamismo del mercado inmobiliario en 2017 están Castilla-La Mancha y Madrid, con alzas del 23,2% y el 19,5%, respectivamente. A continuación están Comunidad Valenciana, Baleares y Cantabria, las tres por encima del 17%. En Asturias las ventas subieron un 16,5%; un 15,9% en Aragón; y un 15,2% en Cataluña. Ya por detrás de la media nacional figuran Andalucía (12,7%), Murcia (12,2%), Castilla y León (12,2%), Canarias (11%), Extremadura (10,9%) y Navarra (10,5%).

Entre enero y septiembre de 2017, según el Instituto Galego de Estatística (IGE), en Galicia se construyeron 1.286 nuevas viviendas. Una cifra prácticamente idéntica a la de 2016. Volviendo a la etapa anterior a la crisis, en 2007 fueron más de 37.200. La actividad promotora da una idea muy clara de cómo está el mercado de edificación a estrenar, que absorbió solo 3.367 compraventas. Sigue en caída libre: un recorte anual del 6,5%.

Mientras, la vivienda usada movió 10.169 compraventas, después de un avance del 15,6%. Las casas de segunda mano -que en la comunidad se están encareciendo un 1,1%, frente al 2,9% de la nueva- concentran el 75% del mercado, una proporción de récord.

Pontevedra lidera el incremento de las ventas en Galicia: más de un 21%. En Ourense remontan un 11,4% y un 3,7% en A Coruña. Lugo es la excepción, con un descenso de las transacciones del 2,8%.

Mejor evolución siguen el resto de propiedades. Las transmisiones de fincas rústicas aumentan a un ritmo del 15%. Las de solares urbanos se disparan un 32%. Y un 15% también las de oficinas, locales comerciales, garajes y otro tipo de inmuebles.

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