La interinidad accionarial en Nueva Pescanova empieza a desenredarse. La multinacional, en manos de la banca acreedora desde 2015, celebrará el jueves 21 una junta extraordinaria de accionistas para validar la salida de una de las entidades, Deutsche Bank, según pudo saber FARO en fuentes próximas a la compañía. Es el pistoletazo de salida de un proceso de desinversión que podría adelantarse "si aparece una firma industrial dispuesta a hacerse con un buen paquete" del grupo, líder absoluto en España en productos del mar congelados. La empresa es más que atractiva para los inversores: multiplica por cuatro las ventas de su inmediato perseguidor, ha equilibrado su balance en tiempo récord, cuenta con una estructura vertical y este año dejará atrás los números rojos. De momento el paquete a la venta es de apenas el 0,46% de Pescanova; Deutsche Bank pide 0,25 euros por título.
"Si ningún socio las quiere [por las acciones] es cuando podrá entrar alguien de fuera. Será interesante ver quién quiere comprar", resume un inversor desde Nueva York. Los principales accionistas, como avanzó este periódico, no tienen intención de vender "antes de tiempo" -el plazo fijado es 2019-, pero hay empresas que entraron en la pesquera con la compra de deuda que no tienen mayor compromiso que rentabilizar al máximo su inversión. Broadbill Investment Partners, que tiene algo menos del 5% del accionariado, sí está dispuesto a vender si el precio es atractivo. "Nosotros esperamos que la banca empiece a vender ya, no tiene mucho sentido que continúen las cosas así", resume.
Al tratarse de una sociedad limitada Deutsche Bank ha tenido que comunicar la venta de sus acciones al consejo, y éste a su vez ha convocado la junta. Si entra un socio de fuera será el primer gran movimiento desde que se alumbró Nueva Pescanova, ya que los títulos de los que se deshizo el fondo SVP Partners (nuevo dueño del rascacielos In Tempo de Benidorm, financiado por Caixa Galicia) los compró Banco Sabadell. Con break even (escenario de rentabilidad), paz social y un plan estratégico en marcha, solo quedan dos grandes aspectos que resolver: la deuda de las filiales extranjeras (240 millones a cierre de 2016, con tipos muy elevados) y el mecanismo de venta de la pesquera (entera o por partes).
