Los ministros de Finanzas de Portugal, Eslovaquia y Luxemburgo y la ministra de Finanzas de Letonia intentarán conseguir hoy el respaldo suficiente de la mayoría del resto de sus colegas para convertirse en el nuevo presidente del Eurogrupo durante los próximos dos años y medio, un periodo en el que tendrá que liderar los debates sobre el futuro de la arquitectura de la moneda única. Su mandato coincidirá, tras los años de crisis, con la construcción de nuevos pilares de la Unión Económica y Monetaria (UEM), que la Comisión Europea quiere impulsar precisamente dos días después, cuando presentará un paquete de reformas para con la intención de fortalecer la eurozona.

El portugués Mário Centeno parte como favorito en los círculos de Bruselas, avalado por los resultados económicos de Portugal desde que asumiese la cartera en noviembre de 2015 dentro del Gobierno liderado por el socialista Antonio Costa, que está apoyado por los comunistas y el Bloque de Izquierdas. A su favor juega que los socialistas europeos no ostenten ninguna presidencia de las instituciones de la UE, todas ellas en manos del Partido Popular Europeo (PPE) y la buena marcha de la economía portuguesa, gracias a la que Centeno fue bautizado por el alemán Wolfgang Schäuble como el "Ronaldo" del Ecofin (la reunión de ministros de la UE). Por contra, su escasa visibilidad en los medios puede ser el factor que le perjudique frente al otro principal candidato, el eslovaco Peter Kazimír, que se aferra al equilibrio territorial. Reivindicó desde el primer momento su candidatura como representante de Europa del este. "Veo a la eurozona como un motor para la integración europea. La diversidad de Europa es nuestra fortaleza", asegura.