La factura de la luz cerrará 2017 con una subida para un consumidor medio en torno a un 10% con respecto al ejercicio anterior, según las estimaciones que adelantó ayer el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, en su comparecencia en Comisión en el Congreso de los Diputados. En un ejercicio marcado por la menor aportación de las centrales hidráulicas y de los parques eólicos, las tecnologías más baratas, debido a las ausencia de lluvia y viento, y al mayor uso para generación eléctrica del gas natural y el carbón, combustibles más caros y que, además, han incrementado su precio, Nadal estimó un recibo final para ese consumidor tipo (con una potencia contratada de 4,4 kW y 3.900 kWh de consumo anual) de 835 euros en el conjunto del año.

Este importe final destinado a electricidad por el consumidor representa 76 euros más de los que destinó a pagar su recibo de la luz en 2016, un año que estuvo marcado por una mejores condiciones climatológicas que hizo que la participación de la hidráulica y las renovables fuera mucho mayor. En enero, en plena ola de frío que disparó los precios de la electricidad en el mercado mayorista, el pool, a un máximo tras otro, Nadal ya estimó que el recibo final de la luz de 2017 podría ser en torno a 100 euros más caro. En comparación con 2015, un año más parecido a 2017 en condiciones climatológicas, el recibo será un 1,8% más bajo.