Una de las últimas entradas del popular blog de Juan Carlos Cubeiro recuerda la portada del New Yorker que reflexiona sobre esa era 4.0 con una ilustración de humanos pidiendo limosna a robots. ¿Para echarse a temblar? "La automatización crea empleo", recuerda el experto el liderazgo, que apela a "preocuparse más por la estupidez humana, la gente desmotivada, alienada, que no aprende cada día, que de la inteligencia artificial".

-Es cierto que la tecnología puede ser un trampolín...

-Un trampolín del talento.

-Pero hay mucha gente a la que la falta preparación.

-Estamos en la era del talento. Si no aprendes, estás desaprendiendo. Te encuentras con mucha gente con potencial, pero no lo pone en valor ni se actualiza.

-¿Las administraciones están ayudando a esas necesidades?

-Hay administraciones y administraciones, pero, en general, están haciendo un buen esfuerzo. Lo que ocurre es que el mundo hoy depende más de la persona. Hay administraciones modélicas en la reinvención y luego tenemos compañías que van a morir a un ritmo veloz. Star up Spain calcula que el 90% de las empresas que se creen hoy no existirá dentro de tres años.

-Eso implica un cambio de chip brutal en la demografía empresarial.

-La demografía empresarial es más salvaje que la humana. Desde los años 40, la mortalidad se multiplicó por cinco. Las empresas duraban una media de 75 años, ahora están en 15 y las nuevas por debajo de tres.

-El dominio de la tecnología, ¿supone un riesgo de brecha laboral entre los formados y no? ¿De más desigualdades?

-Hay un enorme problema de desigualdad. Probablemente será uno de los grandes temas del Foro Económico Mundial de 2018. Más que controlar una máquina, el talento es fijar metas, ir a por ellas, gestionar emociones. Un concepto más complejo que la idea de inteligencia que hemos tenido hasta ahora.

-¿Qué papel queda para el liderazgo de la empresa?

-Todo.

-Pero, ¿cambia el modelo?

-Una parte del liderazgo es influir decisivamente en otras personas y esto tiene que ver con autoridad moral, credibilidad. El 90% de lo aprende una organización es por la calidad directiva. A mí me gusta ironizar con eso del "cursillito" al que un jefe manda, para luego pedir que se hagan como siempre las cosas. Es un error. El 81% de la acciones de una compañía para que te guste trabajar en ella -como pasa en Google o Amazon- es el liderazgo, que es también el 70% en la decisión de irse o no. El liderazgo marca la diferencia para seguir o no en una empresa.