Durante su larga y exitosa trayectoria en las cúpulas de Renault, Nissan o Endesa en España, Jesús Montoliu miró las cuentas como "un resultado de acciones previas". Por eso avisa que ir directamente a las cifras para mejorarlas es un error. "La forma más rápida y sólida es trabajar en el cambio cultural que necesitamos para que la nueva forma de hacer y pensar tenga un fiel reflejo en como hago las cosas", explica.

-¿Hablamos mucho del 4.0 en la cadena de producción y poco en la organización?

-Hasta el punto de que hablamos en exceso. El modelo organizacional debe permitir que la digitalización aterrice de manera ordenada. Hay mucha gente que intenta ir hacia ella buscando una respuesta al desajuste de todos los principios básicos de una compañía grande en números o calidad de servicio.

-Probablemente se hablaría menos si las compañías estuvieran preparadas. No lo parece.

-Esto es una evolución cultural del modelo organizacional, más que una moda o una necesidad para dar respuesta a un mercado cada vez más cambiante.

-Y una evolución disruptiva.

-Absolutamente. Por eso es clave reflexionar primero si la organización va a ser capaz, no solo de dirigir y digerir la nueva era, sino de maximizar el valor de la compañía.

-¿La eficiencia real?

-Sin lugar a dudas. Los que no sean capaces de adaptarse a esta realidad no continuarán. Va a permitir democratizar las organizaciones y que las jerarquías den paso a una nueva organización de compromiso personal con el proyecto.

-¿Cómo implicar a ese nivel a un operador de una cadena?

-Fundamentalmente, con trasparencia, capacidad de escucha -no escuchar lo que no queremos es un mal endémico de las empresas de este país- y ejemplaridad, algo que exige generosidad y humildad.

-Destaca aspectos como la ergonomía del empleado o el servicio posventa. ¿Funciona mejor la empresa?

-Estoy convencido. Son dos polos que, si están en orden, proyectan el ajuste en todo lo que queda en medio. La ergonomía transciende las posturas o las condiciones laborales. Va en línea con ese compromiso honesto. Para mostrar esa ejemplaridad, voy a estar contigo para mejorar tu realidad laboral. Es la parte básica de la empresa y la más desconocida por la visión cortoplacista. La cuenta de resultados es una necesidad, pero como la he conseguido es lo más importante. Para cerrar el bucle, si quiero un compromiso con el cliente, tengo que capitalizar, aunque sea por puro egoísmo, los sinsabores y las muchas cosas positivas que le he trasladado.