Cepsa prevé que la demanda de productos del petróleo, gasolina y gasóleo, seguirá teniendo un papel predominante en el transporte en 2030, frente a la pujanza amenazante del vehículo eléctrico, que apenas representará un 5% de la flota mundial de coches en ese horizonte. La petrolera dibuja un escenario a trece años en el que los combustibles de combustión interna seguirán copando un 85% de la flota mundial, mientras que los vehículos eléctricos híbridos representarán el 10% y apenas el 5% restante será de eléctricos puros.