Tras más de dos años de espera a la espera de recibir la luz verde del gobierno argelino, el grupo PSA culmina su incursión en el país africano. Lo hará mediante una factoría situada en la localidad de Orán explotada por una joint venture con las locales Condor Electronics, Palpa Pro y Entreprise Nationale de Production de Machines-Outils, de la que PSA controlará un 49% del capital.

La planta iniciará su actividad a lo largo de la segunda mitad de 2018, aunque no será hasta 2019 cuando comience a operar a pleno rendimiento. Tendrá asignados los modelos Peugeot 301 y Citroën C-Elysée y en los cinco primeros años de actividad se espera que alcance un volumen de producción cercano a las 50.000 unidades de anuales para, posteriormente, alcanzar las 75.000 unidades con una plantilla de 1.000 personas.

Con esta decisión, la firma dirigida por Carlos Tavares aumenta su perímetro en el continente africano, donde ya está presente a través de plantas en Marruecos, Túnez, Nigeria, Etiopía y Kenia. Este nuevo proyecto, estará capitaneado por el antiguo responsable de pintura de PSA Vigo y exdirector en Mangualde, Hamid Mezaib, y estará dotado con una inversión conjunta de 100 millones de euros. Además, se enmarca en la hoja de ruta con la que PSA pretende internacionalizarse y aprovechar el tirón de un mercado en el que se el uso de vehículos se democratiza cada vez más: África y Medio Este.

Y es que las previsiones de PSA apuntan a los ocho millones de ventas anuales en la región a partir del año 2025, de las cuales el grupo galo aspira a hacerse con un millón. Para alcanzar estos niveles, sus ventas tendrían casi que triplicarse desde los 383.500 vehículos comercializados el año pasado. El propósito del grupo galo es que mediante estas operaciones se pueda reducir la dependencia del mercado europeo y así alcanzar el objetivo de que este suponga solo la mitad de las ventas.

PSA se suma a Renault, Hyundai y Volkswagen, que ya operan en territorio argelino. El gobierno del país ve en el sector de la automoción una de las palancas que permitan reducir su excesiva dependencia de las ventas de petróleo y gas. Para ello ha reducido las licencias para importaciones de vehículos a la mitad y que estos pasen a fabricarse en este país, que es el segundo mayor mercado del continente. Para ello hace gala de sus menores costes laborales y su proximidad a los países más ricos de África y a Oriente Medio.