En Galicia hay 760.531 personas con derecho a pensión pública, de las que algo más de 187.000 ingresan una paga de viudedad. Si ya en el global las prestaciones en la comunidad son las segundas más bajas de España -solo por detrás de Extremadura-, las de las viudas son el farolillo rojo. Sin discusión: perciben 550 euros mensuales, un 15% menos que en el conjunto del país (648 euros). Ahora el Gobierno central prevé que el próximo año se desbloquee una mejora en las pensiones de viudedad aprobada en 2011 y aplazada desde entonces por las dificultades de las cuentas públicas. La reforma consiste en elevar del 52% al 60% la proporción de la base reguladora que se aplica para fijar la cuantía de la prestación. Las condiciones en las que ya hace siete años se diseñó el cambio harán que el número de beneficiarios quede limitado a una parte de las viudas que cobran las pensiones mínimas del sistema y que carecen de otros ingresos. En Galicia esta medida solo beneficiará a tres de cada diez viudas.
En números absolutos, según el registro de pensionistas a 31 de octubre, en la comunidad hay 56.992 personas que ingresan la pension mínima de viudedad (el 90%, 55.022, son mujeres). Y éstas serán las potenciales agraciadas de la iniciativa de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.La norma determinará, entre otros aspectos, si la nueva fórmula de cómputo y las subidas que conlleve entrarán en vigor una vez o de forma gradual en varios años. En 2011 estaba prevista esta ultima opción. El hecho de que se mantuviera suspendida la reforma durante un lustro abre la puerta a que el incremento se haga ahora de golpe. Refuerza esa hipótesis el hecho de que los cambios tendrán un impacto modesto en las cuentas del Estado (no está cuantificado en el plan presupuestario remitido a Bruselas).
La mejora de las pensiones de viudedad se limitará a un perfil muy específico: personas mayores de 65 años, que no perciban otra prestación, que no trabajen por cuenta ajena o propia y cuyos ingresos por todos los conceptos no superen los límites establecidos para tener derecho a la pensión mínima de viudedad. La reforma excluye en primer lugar a las viudas con cargas familiares, porque para ellas la pensión es ya equivalente al 70% de la base reguladora. Quedan fuera también las viudas que a la vez cobran pensión de jubilación y las que trabajan, cualesquiera que sean sus ingresos por el empleo. El cambio se concentrará así en las viudas que cobran el llamado complemento a mínimos, un plus que abona el Estado hasta alcanzar la pensión básica del sistema cuando el historial de cotización del cónyuge fallecido no lo permite por sí mismo. Pero para este grupo tampoco la subida será generalizada: las pensionistas tendrán un incremento por un lado (para llegar al 60% de la base reguladora), pero por otro se les retirará todo o parte del complemento. Esto rebajará la factura para el Estado: parte de lo que se pague de más con cargo a las cotizaciones a la Seguridad Social se ahorrará en los complementos a mínimos, financiados con impuestos. La medida se suma al 0,25% de subida que tendrán todas las pensiones a partir de enero y que, para las viudas gallegas, supondrá un ingreso extra de apenas 1,3 euros mensuales.
