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Xosé H. Vázquez: "El avance de la automatización causará transiciones de empleo difíciles"

"Los mayores retos a los que se enfrenta ahora la industria gallega son los efectos del cambio tecnológico y una rivalidad internacional cada vez mayor y más próxima"

Xosé H. Vázquez, en la Ciudad Universitaria de Vigo. // Marta G. Brea

El avance de la automatización y de la inteligencia artificial y cómo aprovechar todo ese potencial en la industria es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector gallego. Lo que los expertos ya califican de cuarta revolución industrial abre el dilema de cómo conjugar el fuerte incremento de la productividad con los menores traumas posibles. Para ello el Consejo Económico y Social de Galicia ya se ha puesto manos a la obra para analizar las mejores formas de garantizar ese equilibrio.

-La Xunta se marca como objetivo que la industria represente un 20% del PIB gallego en 2020. ¿En qué sectores ves capacidad de crecimiento para alcanzar estos niveles?

-Los sectores tradicionales gallegos, como la alimentación, automóvil, mecánico, textil parece que van bien encauzados en los dos últimos años tras recuperarse de los efectos de la crisis en el año 2008 tanto en términos de valor añadido bruto como de empleo.

-¿Qué son mayores, las oportunidades o las amenazas a las que se enfrenta la industria gallega?

-A mí me gusta más hablar de retos y los tenemos que afrentar siempre con una perspectiva proactiva, nunca reactiva. Tienen que ver con la intensidad de la rivalidad internacional, que es cada vez mayor, no solo en Asia, sino cada vez más cerca, en el norte de África.

El otro, más novedoso, es el que tiene que ver con los efectos del cambio tecnológico, en particular con los efectos de la inteligencia artificial, de la digitalización y cómo va afectar a las cualificaciones y al empleo. Son probablemente los dos mayores retos que tenemos por delante y es en lo que estamos todos juntos.

-¿Crees que Galicia está bien encaminada para cada vez asumir actividades de mayor valor añadido?

-Estoy convencido de que sí. Aunque en realidad no hay sectores de alto valor añadido y otro de bajo, sino que hay partes de cadenas de valor que son de alto valor añadido y otras que son de bajo valor añadido. No es lo mismo una parte de la cadena de valor del sector del automóvil que tiene que ver con la electrónica o con el software que la producción de productos textiles o plásticos. Tenemos fortalezas previas en muchas actividades y precisamente por eso tenemos que guiarlas para que se encaucen cara a actividades cada vez más intensivas en conocimiento.

-Las dos caras de la robótica muestran que elevará la productividad pero que tendrá un efecto en los niveles de empleo. ¿Cómo se puede alcanzar el equilibrio entre una y otra?

-Es precisamente uno de los retos. Es importante enfatizar que la industria en Vigo lleva muchos años introduciendo nuevas formas de automatización y de robotización.No es en sí mismo una novedad para nosotros. Pero si es cierto que la novedad tiene más que ver con lo que se llama machine learning e inteligencia artificial.

Desde el año 2010-2012, se están produciendo cambios importantes. Está por ver cuál será la magnitud de estos efectos, pero cualitativamente sabemos que van a provocar transiciones de empleo difíciles, pueden generar incluso más desigualdad, porque no solo esas transiciones de empleo pueden ser prolongadas, sino que quizás incluso puede afectar a las cotizaciones y a la Seguridad Social. Introduce una serie de retos a los que el CES quiere adelantarse proponiendo 50 medidas para tratar de abordarlas y ser proactivos.

-¿Dónde acaba la responsabilidad de la empresa y dónde empieza la del sector público en esas transiciones de empleo que comentas?

-Creo que existe cierto consenso en que la Administración Pública es quien debe llevar el timón y los interlocutores sociales deben ser los encargados de remar. Necesitamos buena regulación para ser más competitivos y que ese aumento de la competitividad se traslade en un mayor bienestar para la sociedad. Este es precisamente el reto de la iniciativa. Nosotros proponemos algunas medidas macroeconómicas con las que facilitar esa transición de empleo, pero también otras que tienen que ver con aspectos formativos. No es cuestión solo de atender a las personas que se quedan sin empleo, sino de acompañarlas en la búsqueda de las cualificaciones necesarias para encontrar empleo lo antes posible.

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