A las puertas de una nueva cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático, del 6 al 17 de este mes en la ciudad alemana de Bonn, los informes de los expertos que se han ido conociendo en las últimas semanas hablan ya de que todas las medidas del "pacto histórico" alcanzado en París hace justo dos años van camino de quedarse cortos en la lucha contra los dos grados de subida en las temperaturas que separan al planeta del desastre. No hay otra opción posible que trabajar a la vez en el freno a las emisiones de gases de efecto invernadero y en la adaptación a la nueva realidad de la naturaleza. El cambio climático afecta hasta a la viabilidad de las energías renovables, que son, precisamente, uno de los principales apoyos en la transición hacia una economía baja en carbono. El viento, por ejemplo, solo aumentará durante lo que queda de esta primer mitad del siglo en Galicia y el sur de España, pero con una velocidad constante muy diferente a la que nos tiene acostumbrados. Con la evolución de los últimos años, los investigadores de la cátedra de Gas Natural Fenosa y la Universidad de Vigo para la innovación en energía y desarrollo sostenible concluyen que habrá "un descenso considerable en el recurso eólico a largo plazo". "Los parques no podrán operar unos 7,5 días más al año de lo que sucede ahora", explicó uno de sus codirectores, Juan Antonio Añel, durante la jornada anual de la cátedra.
Algo parecido ocurrirá con la hidroeléctrica por los prolongados periodos de sequía; e incluso con otro tipo de centrales que necesitan agua para su funcionamiento. Es el caso de la nuclear y la térmica. Buena parte de la potencia operativa en España en ambas tecnologías se concentra en el nordeste del país, donde, como recuerda Añel, están aumentando hasta un 40% las olas de frío y "el estrés al que se ven sometidas estas instalaciones".
"Lo que pasó hace dos semanas", apunta el otro codirector, Xavier Labandeira, en referencia a la gravísima oleada de incendios que azotaron Galicia, "da pistas sobre el terreno en el que estamos". Eventos extremos inesperados "que exigen estar preparados, más en una economía como la nuestra, tan ligada a la costa, la pesca, la actividad primaria, o el forestal".
El prestigioso economista insta a actuar del lado de la oferta, con más renovables, y en la eficiencia por la parte de la demanda, sin olvidar "la equidad" de las medidas en la transición a una economía hipocarbónica. "Es fundamental que no haya grandes perdedores, como la gente que se pueda quedar sin empleo por el fin de un sector", subraya.
"Vivir en una ciudad ya no es garantía de inmunidad", apunta María José Caride, a colación también de los incendios del 15 de octubre. La concelleira de Urbanismo de Vigo resalta los resultados de la reciente encuesta del Valedor do Cidadán en la que casi el 80% de los residentes admitieron ser conscientes del cambio climático. Caride pone en valor la reducción del 48% en la factura energética del Concello con el cambio en la iluminación pública y avanza que el nuevo Plan Xeral ayudará a convertir a Vigo en una ciudad sostenible. "Se acabaron los mundos de yupi de las plusvalías urbanísticas para pagarlo todo", afirmó durante su participación en las jornadas.
"El sector energético es líder en la integración de las renovables", defiende Antonio Canoyra, director de Gas Natural Fenosa, que levantará más de 200 megavatios (MW) de eólica en Galicia en los próximos años. En esa hoja de ruta para reducir a cero las emisiones, Canoyra apela a la "prudencia" y a tener en cuenta "todas las tecnologías disponibles" para la generación eléctrica. "El consenso es amplio para lo que queremos en 2030, pero el paso del mes que viene no lo tenemos claro", avisa.
