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El sector del metal

Manos viguesas para construir un gasoducto ruso de 1.100 kilómetros

La firma es la única del país capaz de ofrecer esta capacitación -Trabajarán en el mar Negro en el buque de construcción más grande del mundo -Ya enviaron a 40 personas

Reportaje de FARO de 2003.

La soldadura, para aquellos que saben el oficio, es casi como un arte. De ello están seguros en la firma viguesa Tesol Group. En los más de 30 años de existencia han visto salir por sus puertas a expertos en la materia, que nutrieron en su momento a los astilleros de la ría y del resto de España desde su sede en Beiramar. Ahora es el turno de exportar el talento a lo grande, a todo un gigante como es Rusia, para participar en el principal proyecto gasístico del mundo, que ha llevado al Gobierno de Vladímir Putin a construir un gasoducto atravesando el mar Negro hasta Turquía.

Hasta allí llegan las manos viguesas, pero también internacionales. "Ya formamos a 40 personas para este proyecto y ahora estamos con un segundo grupo de 27, algunos de ellos extranjeros [de Croacia, Holanda, EE UU, Escocia o República Checa]", explica el responsable de la firma, Fernando Couñago, mientras observa una de las clases en el taller de su nave. Con cinco profesores y a través de la filial IMOS Offshore -centrada en la soldadura industrial y la construcción y reparación naval- imparten clases teóricas y prácticas con alta tecnología. "Solo tres o cuatro firmas de todo el mundo son capaces de dar esta formación", añade Couñago.

Pero, ¿qué les espera a los soldadores salidos de Tesol? "Trabajar en un barco en el mar Negro construyendo la tubería, para lo que tienen un tiempo reducido y necesitan una precisión milimétrica", comenta Couñago. La multinacional Allseas -radicada en Suiza- es la empresa que se encarga de estas labores y la que confía en la firma de Vigo para proveer mano de obra cualificada. A través del buque Pioneering Spirit -una mole de 382 metros de eslora, el barco más grande del mundo- participan en la creación del Turk Stream, el proyecto con el que Rusia construye un gasoducto de casi 1.100 kilómetros de largo -900 de ellos offshore- entre la ciudad de Anapa y la turca Kiyikoy, con la que esquivan la conflictiva Ucrania y llegan a Europa. "Es una primera fase, en la segunda harán otro por el Báltico hasta Alemania", comenta Couñago.

El barco tiene una capacidad para medio millar de personas y en Allseas están "desbordados de trabajo" pese a que tienen su propia base para formar soldadores. El complicado proyecto precisa de manos hábiles, puesto que los errores tienen que ser mínimos. Ahí entra IMOS. "Queremos que se siga formando gente para este y otros proyectos, pero gente de aquí", apunta Couñago. Desde sus oficinas se encargan además de todo el papeleo necesario para trabajar en el extranjero, donde percibirían un sueldo de unos 9.000 euros mensuales. "No es fácil, porque se trabaja muchas horas", añade.

Acompañado de la adjunta Beatriz Couñago, Fernando muestra orgulloso las instalaciones de Beiramar, que están formadas por el taller, la zona de oficinas e ingeniería y la de formación, que ocupa la filial Formavigo. Además también está la de I+D, de la que salieron máquinas exportadas a diferentes puntos del mundo como la miniautómata TES10. "Seguimos trabajando en proyectos y pronto podremos presentar algo nuevo", comenta el responsable de Tesol. Por el momento, trabajan para formar la mejor mano de obra posible.

Más de 30 años con "los señores del acero"

Tesol se ha especializado desde 1986 en "fabricar a los mejores soldadores del mundo"

  • Que multinacionales del sector offshore como Allseas recurran a la viguesa Tesol para conseguir mano de obra cualificada no es una novedad. La firma lleva más de 30 años -fue fundada en 1986- como un referente de la soldadura. Son, desde entonces, los encargados de formar a "los señores del acero", especialistas curtidos en el naval de la ría de Vigo. Tal y como publicó este periódico en 2003, los soldadores de la ciudad son de los más buscado en todo el mundo y buena parte de culpa la tiene el grupo liderado por Fernando Couñago, que nutre las principales multinacionales de ingeniería, petróleo y gas. Y eso que en sus instalaciones hay una mayoría de alumnos españoles, pero también acuden desde otros puntos del globo. Más de 10.000 alumnos pasaron por sus aulas desde entonces. Una cifra que, avisan, no quieren que no deje de crecer.

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