El Producto Interior Bruto (PIB) gallego crece por encima del 3% y el excedente bruto de explotación (que en gran medida recoge el beneficio empresarial) avanza dos veces por encima, el 6%. Pero las nóminas se han quedado rezagadas en la fiesta de la recuperación económica, y mes a mes se ven penalizadas por el incremento del coste de la vida. En septiembre, de acuerdo al Instituto Galego de Estatística (IGE), la inflación se situó en el 1,8%, mientras que las remuneraciones a los trabajadores se quedaron, en el mejor de los casos, a medio camino. Solo en los dos últimos años los empleados gallegos han perdido una media de 230 euros de poder adquisitivo. Y, a no ser que cristalice la demanda de organizaciones sindicales y economistas de mejorar las remuneraciones a un nivel más acorde con el de la recuperación, la pérdida de capacidad de compra va a continuar.
Los datos son contundentes. Desde septiembre de 2015 los precios acumulan un incremento del 2% en Galicia, pero en el mismo periodo los salarios (según el Instituto Nacional de Estadística, INE) hicieron lo propio en solo nueve décimas. Más aún, en el último año (comparativa con septiembre de 2016) el INE constata una caída del 0,21%. Es la información relativa al segundo trimestre de ambos ejercicios, periodo durante el cual la inflación creció casi ocho veces más. Pero hay más referencias. Los salarios pactados por convenio hasta septiembre recogen una subida media del 1,25%, casi seis décimas menos de lo que se encareció el coste de la vida. Y el año pasado sucedió lo mismo: los nuevos convenios fijaron un alza del 0,9%, de nuevo por debajo del IPC. Con estas referencias el resultado sería el siguiente. De acuerdo al salario medio en Galicia, éste tendría que haber crecido ya este año en 108 euros solo para absorber la inflación, y otros 120 euros durante el pasado ejercicio.
Pero si la inflación es un lastre para los asalariados, la situación es más complicada para los pensionistas. Mientras la Seguridad Social esté en números rojos -y no hay previsión de que deje de estarlo-, las pensiones no podrán subir más del 0,25%. Como avanzó FARO los perceptores gallegos de estas pagas perderán más de 800 euros de poder de compra en un lustro. Para diciembre la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) prevé una tasa de inflación anual del 1,9%, y otra del 1,6% para el año que viene. Esto implica un incremento acumulado del 3,5% del coste de la vida; las pagas solo van a subir en medio punto.
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El análisis elaborado por el IGE muestra cómo los combustibles, la electricidad y el gas vuelven a subir más en Galicia que en el conjunto del país. El gasóleo y la gasolina se han disparado un 7,1% en el último año, frente al avance del 6,7% de media nacional. Los productos frescos (pescado, hortalizas) se encarecieron entre un 3 y un 5%, muy por debajo en todo caso del aceite, que en lo que va de año suma una subida en su precio de más del 9%. Del lado contrario, la disminución mensual de los precios fue especialmente pronunciada en los precios de ocio y cultura, con una caída del 2,4% que deja la tasa interanual en el 1,4%, y en hoteles, cafés y restaurantes, con una bajada del 1,2 respecto a agosto, de modo que la tasa interanual queda en el 2%. La de septiembre fue la décimo tercera subida consecutiva de los precios en Galicia.
