Los inversores extranjeros han incrementado su liderazgo en la propiedad de las acciones de las compañías cotizadas españolas y suponían el 43,1% del valor total de las mismas al cierre de 2016. Su cuota aumenta siete décimas y supone la cifra más alta de la serie histórica, casi 13 puntos superior a la vigente en 1992, según recoge el Informe BME sobre la distribución de la propiedad de las acciones. Un 11,4% de los hogares españoles eran propietarios de acciones cotizadas y bancos y cajas españoles volvieron a marcar un nuevo mínimo de participación con el 3% del total.