El jefe del ejecutivo vasco, Íñigo Urkullu, abrió ayer la puerta a la entrada de fondos públicos en el capital del astillero Construcciones Navales del Norte, popularmente conocido como La Naval de Sestao. En concreto, el lehendakari reconoció que "es posible" que el Gobierno vasco "tome una pequeña participación" en La Naval de Sestao. Estas declaraciones realizadas en una entrevista con la Onda Vasca desdicen lo anunciado hace apenas dos semanas, cuando Urkullu afirmó que su ejecutivo "acompañaría" a La Naval de Sestao aunque descartaba toda opción de concretar su entrada en el capital.

En palabras de Urkullu, la posibilidad de tomar una posición en el capital de la compañía vasca no se materializará, en todo caso, antes de que la compañía entre en concurso de acreedores, el próximo 7 de octubre, por la losa de una deuda financiera de unos 140 millones de euros. Además, el lehendakari también avanzó que la medida, de llevarse a cabo, iría acompañada de un crédito participativo, en el que la cuantía de los intereses varía en función de la evolución del negocio.

La toma de posición en el capital del astillero vasco implicaría la salida de sus actuales gestores, a los que Urkullu realizó una nueva crítica. "Estamos hablando de una empresa que se ha visto castigada por un modelo de gestión" sentenció el Lehendakari, que apela a los visos de continuidad que tiene La Naval como uno de los factores que motivarían la necesidad de entrar en su capital.

Las negociaciones sobre el futuro de La Naval de Sestao giran ahora en torno a dos frentes. Por un lado se encuentra la búsqueda de capital que evite la liquidación de la compañía y, por otro, están las conversaciones con los armadores para decidir si la conclusión de los encargos pendientes tiene lugar dentro o fuera de las instalaciones del astillero vasco como consecuencia del procedimiento concursal que atraviesa.

Pese a encontrarse en preconcurso de acreedores, la cartera de pedidos del astillero vasco incluye cuatro encargos. El más destacado es el ferry para Baleária, propulsado con gas natural licuado y con capacidad para 1.600 pasajeros cuyo importe asciende a los 175 millones de euros. A él se le unen dos dragas de succión para la compañía Van Oord Ship Management y un cablero para Tideway. Fuentes sindicales recogidas por la agencia Europa Press mostraron su intención de que los proyectos se terminen en Sestao, así como el "acercamiento" en las negociaciones con la holandesa Tideway, de la que esperan obtener un resultado a finales de la próxima semana.

Recolocación en Navantia

Otra de las derivadas del proceso que atraviesa La Naval de Sestao es que, en el caso de no lograr la entrada de un inversor privado y verse abocado a la liquidación, una parte de su plantilla debería ser recolocada en las filas del astillero público Navantia, que cuenta con una planta en Ferrol.

La cuestión trascendió hasta el Congreso de los Diputados. El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó ayer que, como parte del acuerdo para la privatización que se llevó a cabo en el año 2005, aquellos empleados que estuviesen en plantilla por aquel entonces podrían reintegrarse en las filas de la actual Navantia -entonces denominada Izar- y de la que se escindieron sus filiales de construcción naval civil para pasar a capital privado.