La consecución del vehículo 100% autónomo necesita todavía de un largo trayecto. "No llegarán mañana, pero estamos preparando el camino". La directora de Investigación e Ingeniería Avanzada de la compañía, Carla Gohin, fijó el gran hito para 2025. Entre tanto, en el Grupo PSA se está trabajando ya en la tecnología que dotará a estos vehículos, y se irá incorporando de forma progresiva en los nuevos modelos. También en los adjudicados a la factoría de Balaídos, previsiblemente ya para el proyecto V20 (un todocamino para Peugeot). "Los futuros lanzamientos son un buen ejemplo", dijo ayer el director del Polo Industrial Ibérico del Grupo (y patrón de PSA Vigo), Frédéric Puech, en unas jornadas centradas en el vehículo autónomo y celebradas en el CTAG, y en las que participaron el conselleiro de Economía, Francisco Conde, el subdirector de Movilidad de la DGT, Jaime Moreno, y el director del centro tecnológico, Luis Moreno.

De hecho el SUV compacto de Peugeot se lanzará en 2020, para cuando el grupo francés prevé consumar la llegada del automatic driving (conducción automática), que no necesitará que el conductor "ponga las manos en el volante" y el vehículo tenga la "capacidad de frenar solo". El coche autónomo de nivel 5, el que "permitirá dormir durante el trayecto y que tendrá todo el control", será el que llegue a partir de 2025. PSA dispone de veinte prototipos en fase de pruebas con doce permisos de circulación. "Debemos cumplir las expectativas de los clientes", que deberán conocer primero la tecnología. Una "mutación profunda" del mercado que requerirá también de modificaciones legislativas y de infraestructuras, todavía pendientes. "Ahora pueden circular coches automatizados de nivel 3, pero hay que adaptar la regulación para dar el salto", admitió el responsable de la DGT.

La entrada en circulación de estos últimos vehículos tienen al conductor como responsable final ante cualquier incidencia, porque el coche es autónomo de forma condicionada, pero a futuro la responsabilidad será "de la máquina". Ahora es el conductor quien debe frenar, por ejemplo, pero goza de asistencia tecnológica para la detección de elementos que afecten a la trayectoria del vehículo. A veces maneja; a veces, no. Solo PSA ha llevado a cabo en España pruebas en entorno real con tecnología del CTAG y sus vehículos en modo hands off (sin manos) y bajo supervisión del conductor, como puso en valor Puech al recordar el trayecto de 600 kilómetros del coche autónomo entre las plantas de Vigo y Villaverde (Madrid).

Futuro, presente

Las jornadas imprimieron un halo de solemnidad a la colaboración entre el fabricante, los centros tecnológicos, las administraciones y la industria de componentes. "Nuestra competencia es a nivel global y surgen nuevos modelos disruptivos" a los que Galicia responde a través del CTAG. Lo valoró su director general, Luis Moreno, que fijó en Vigo un "polo de innovación a nivel europeo" en la industria de la automoción. "Tenemos que conseguir liderar el sector en España y Europa con un salto diferencial. El futuro es nuestro presente", sentenció. El modelo colaborativo, el ecosistema creado en la industria entre "todos los agentes", fue el aspecto que destacó Conde. "Tenemos un equipo liderado por PSA para una carrera de fondo" ante la cual "los fabricantes de componentes han sabido reaccionar".