El banco estadounidense eleva a 3,5 millones de cuentas sin autorización, frente a los 2,1 millones que inicialmente había estimado la entidad. En septiembre de 2016, Wells Fargo fue sancionado con 185 millones de dólares (155 millones de euros) por contratar sin consentimiento de los clientes 1,5 millones de cuentas de depósito y más de 0,5 millones de tarjetas de crédito, motivo por el que la entidad decidió despedir a 5.300 empleados.