Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La UE admite que su reparto penaliza a la flota gallega como menos rentable

La danesa genera un valor añadido cuatro veces superior pese a tener una décima parte de capacidad pesquera - El criterio de reparto se fijó en 1986 y Galicia pelea para modificarlo

La flota gallega, la más afectada por las cuotas de reparto en la UE // E. Vicente

El principio de estabilidad relativa es el mecanismo en base al cual se reparten las cuotas de pesca en aguas de la Unión Europea. Es una proporción que se ha mantenido inalterable desde 1986, cuando España entró en la extinta Comunidad Económica Europea (CEE), y que la flota gallega pelea por derogar. La razón la ha ilustrado la propia Comisión en un informe que evidencia que los barcos de bandera española fueron los más perjudicados hace 31 años, y que lo siguen siendo a día de hoy. Pese a contar con la flota de mayor capacidad de la UE (380.000 GT, gross tonnage, el 23,6% del total), la más numerosa (9.921 buques) y que da empleo a más gente (28.629 trabajadores a tiempo completo), es una de las menos rentables. ¿El motivo? La falta de cuotas, que ha obligado a deshacerse por ejemplo del 60% de los barcos de Gran Sol.

El documento es oficial y está editado por la Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries (Stecf), y encumbra a la flota de Dinamarca como la más eficiente a nivel económico. Genera un valor añadido bruto de 147.000 euros por cada trabajador a tiempo completo, cuatro veces más que los 37.000 euros de Galicia. Sin embargo, y con menos de 1.500 buques activos, su flota apenas representa el 4,2% de toda la capacidad pesquera instalada en Europa. Esta aparente contradicción se explica únicamente con el criterio de estabilidad relativa, el mismo que le permite el siguiente escenario: los pesqueros daneses facturan cuatro millones de euros al día, por los dos millones de que tienen base en Galicia. Y con la mitad de capacidad en sus bodegas.

Pero la diferencia se reproduce con las flotas de Bélgica, Holanda, Francia o Reino Unido. Los belgas cuentan, según el mismo documento, con 80 buques pesqueros (76 operativos), con el 0,9% de la capacidad del continente. Sin embargo el valor añadido bruto por empleado a tiempo completo roza los 125.000 euros, más de tres veces lo que generan los tripulantes gallegos, y con apenas 350 personas que dependen directamente del sector. Pero el pequeño Estado se benefició en 1983 de un acuerdo cinco que repartió las mejores posibilidades de pesca entre otros tantos países: Dinamarca, Francia, Reino Unido, Alemania (RFA, en aquel momento) y la propia Bélgica.

Haz click para ampliar el gráfico

La flota de este último Estado cuenta por ejemplo con una cuota de 3.665 toneladas de rape. Si todos sus barcos se dedicasen a esta especie, de alto valor comercial, tocarían a casi 50 toneladas por barco, unos 250.000 euros de valor en primera venta. Si todos los barcos gallegos hiciesen lo propio tendrían que conformarse con poco más de tonelada por pesquero; serían 5.000 euros por cabeza. Este es el motivo por el cual la rentabilidad de la flota es tan baja. El mismo 3% que se le asignó a la flota gallega en 1986 de cuota de rape en Gran Sol lo mantiene a día de hoy, al igual que el 11% de gallo (o rapante), el 30% de la merluza, el 0,2% del abadejo o el 6% de cigala.

La Xunta de Galicia cree que la negociación del Brexit permitirá maquillar el principio de estabilidad relativa, al igual que las empresas armadoras, pero la decisión de negociar con Reino Unido de forma unitaria limita esa posibilidad. "Ahora estamos peleando por evitar al máximo los perjuicios del Brexit, y debemos estar unidos", dice un armador de Vigo en referencia a sus homólogos de Dinamarca u Holanda. "A nadie le gusta perder derechos adquiridos. En el futuro se verá".

Compartir el artículo

stats